Escribiendo estas notas sobre la vida del querido Hno. Victorino, pienso en lo necesario e imprescindible que es un milagro que a través de su intercesión se pueda robar al cielo para verle en los altares. Sin embargo, hay cientos de pequeños milagros que a través de sus manos se fueron concretizando a través de su vida en Francia, Cuba y Puerto Rico y de los cuales Roma prescindir para llevarlo a los altares.
¿Qué es la vida de un Hermano de La Salle? ¿A qué se puede comparar?
¿Has visto una tiza o un gis de esos que descansan en el pizarrón, esperando ser usado? ¿Un pedazo de lápiz maltrecho en el fondo de una carpeta o mochila escolar?
Eso es lo más parecido a un Hermano lasallista. Es un instrumento en manos de Dios que escribe en los corazones de sus alumnos no importa que sean de primero de primaria o de un postgrado universitario. Según La Salle ha de ser ángel custodio, hermano mayor, embajador y ministro de Jesucristo. Un Hermano vive en una total entrega a sus alumnos, en un darse que es gastarse.
Quienes conocieron al Hermano Victorino saben de su constante acompañamiento a sus alumnos y exhalamos. En aquel colegio De La Salle que abrió sus puertas en 1905, coincidieron abuelos, padres y nietos, generaciones de cubanos que conocían al Hermano Vitico como le llamaban los más pequeños. Entre 1905 y 1928 su persona se gasta en la formación de las generaciones cubanas, enseñando en su clase de Comercio e Inglés, Urbanidad que es siempre tan necesaria.
Entonces que milagros podemos señalar en estos años, ordinarios, escondidos, de seguir la Regla día tras día:
- enseñar a los niños a amar a su patria, a su historia, a sus héroes;
- aprender a hablar español, aunque siempre quede un rastro de francés;
- a rezar a María de la Caridad del Cobre ante quien hizo sus votos perpetuos;
- descubrir a Dios en medio de esta vegetación tan diversa y tan distinta;
- enseñar a decir ¡gracias! y ¡pase Ud!, a cientos de niños;
- dar catecismo a los niños del Caddy y mostrarles cuánto Dios los ama;
y esto, casi 25 años.
¿Qué es la vida de un Hermano?
- Un darse que es gastarse.
Manuel Bonet
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