El 20 de agosto de 2014, la Familia Paulina celebraba sus 100 años de fundación desde suelo cubano. El lugar escogido era la Parroquia de la Caridad en Ciudad de La Habana.
Los Paulinos se habían establecido en 1953, en ese mismo año el Beato Santiago Alberione dejaba a dos sacerdotes del instituto en La Habana. En 1955 pudo regresar a la ciudad, acompañado de la R. M. Tecla Merlo, fundadora de las Hijas de San Pablo y fiel colaboradora de la primera hora; así como de la R. M. Lucía Ricci, de las Pías Discípulas del Divino Maestro. En 1962 se marcharon los paulinos para regresar en diciembre de 2012.
Buscando entre miles de páginas digitales del Diario de la Marina, encontré esta entrevista a los primeros paulinos que llegaron a La Habana. Es un artículo largo, pero vale la pena poder leerlo.
Ha iniciado su apostolado de las ediciones en La Habana, la Pía
Sociedad de San Pablo
Entrevista con el R.
P. Soppelsa, en el Arzobispado.
La Pía Sociedad de San Pablo, la
congregación que tan benemérita labor viene realizando desde 1914 por la
difusión del Evangelio mediante los medios de la propaganda, acaba de fundar su
primera casa cubana. Dos entusiastas sacerdotes italianos, los padres Hugo
Zecchin y Aloisse Soppelsa, son los pioneros de esta nueva sucursal, a los que
hallamos recién instalados en su residencia del reparto Almendares y con los
primeros frutos de su obra habanera: la reducida librería de volúmenes
religiosos editados en México y España por la Congregación y que, por el
momento y aceptando la generosa acogida del Cardenal Manuel Artega, han abierto
al público en los bajos del Palacio Cardenalicio.
“Este es un comienzo sencillo”,
nos dice de entrada el Padre Soppelsa, mientras nos invita al interior del
pequeño local, en los bajos del Palacio Cardenalicio. Y de segunda, con sonrisa
de esperanza nos agrega:
“Pero lo importante es comenzar y
con la cooperación paternal de Monseñor Artega ya estamos establecidos en
Cuba”. Estos libros, noventa títulos en total, serán la semilla para nuevos
envíos de volúmenes que esperamos sirvan para difundir la verdad en muchos
hogares…Hemos editado ya el primer número del boletín “El Cooperador Paulino”,
que ha recibido franca acogida y nuestro Superior General que pasó hace días
unas breves horas en La Habana, se ha marchado dejándonos la promesa de
enviarnos para enero otro miembro más de la Comunidad”.
La charla con el padre Soppelsa
queda interrumpida con la llegada al local del otro paulino, que hace de
Superior: es el padre Hugo Zecchin. Viene con las manos llenas de paquetes de
libros, recién sacados de la Aduana. En el primer envió que reciben
directamente de España y el fuerte calor y la larga gestión aduanera no le
reducen la alegría:
- Como
usted ve le ha tocado presenciar la ampliación de esta pequeña librería. Estos
volúmenes vienen a engrosar los que tenemos a la venta y luego, con el favor de
Dios, vendrán más, a medida que podamos ampliar nuestras actividades, hasta
ahora mantenidas apenas sin recursos.
- ¿Sin
recursos?
- Hoy
por hoy nos mantenemos gracias a las misas que oficiamos cada día, (2 pesos
cada día) y de ahí hay que sacar los cien pesos de la casa que tenemos
alquilada para comunidad. Una pequeña cantidad que teníamos en reserva,
doscientos pesos, los gastamos en el primer número de “El Cooperador Paulino”,
que sirvió para darnos a conocer al público cubano. Este boletín pensamos
editarlo mensualmente como órgano de “La Unión de Cooperadores del Apostolado
de las Ediciones”, pero al no tener actualmente los medios necesarios pensamos
sacar el segundo número en diciembre.
- ¿Y
la venta de los libros no dejan margen a la ganancia?
- Nuestra
Congregación no vende sus volúmenes con finalidad de lucro comercial, sino como
medio de difusión apostólica, lo que hace que la ganancia sirva para cubrir
escasamente con los gastos. Prueba de ello, está en la gran diferencia de
precios que se nota en nuestras ediciones. Y para darnos una mayor idea de la
Pía Sociedad de San Pablo, nos pasa a ofrecernos detalles interesantes de la
Congregación.
La Pía Sociedad de San Pablo está constituida por sacerdotes formados en sus
seminarios, a quienes les da al mismo tiempo la instrucción teórico- práctica
necesaria para que lleguen a ser escritores, periodistas, locutores, directores
de escena, etc. y por Hermanos legos llamados “Discípulos del Divino Maestro”
preparados religiosamente para la
técnica de las tres formas de apostolado. La Congregación se fundó el 20 de
agosto de 1904 bajo la protección de San Pablo, en Alba, Italia, con el nombre
de Escuela Tipográfica. Su fundador es el actual superior general,
Reverendísimo padre Santiago Alberione y su aprobación canónica tuvo lugar
siete años después, recibiendo por nombre el de Pía Sociedad de San Pablo. Un
nuevo paso de avance tuvo la Sociedad el 10 de mayo de 1941, cuando Su Santidad
Pío XII expidió el Decretum Laudis que la convirtió en congregación de derecho
pontificio, recibiendo su aprobación definitiva el 27 de junio de 1949.
La Pía
Sociedad de San pablo tiene hoy casas
en Italia, Francia, España,
Polonia, Estados Unidos, Canadá,
Venezuela, Brasil, Portugal, Inglaterra, Suiza, Irlanda, Argentina, Japón,
China, Islas Filipinas, Australia, Mejico, Colobia y ahora Cuba, teniendo más
de 700 sacerdotes y hermanos y 2000 religiosas, habiendo lanzado al mundo más
de setecientas mil biblias en seis idiomas diferentes y cerca de ocho millones
de Evangelios.
Entre las primeras iniciativas que los paulinos piensan
desarrollar en Cuba, figura la
fundación de una revista católica con el título “La Familia Cristiana”,
existiendo la posibilidad de organizar algún programa radial o de televisión,
aunque de momento su actividad principal estará concentrada en la librería
religiosa establecida en los bajos del Palacio Cardenalicio y qué esta abierta
de nueve de la mañana a doce del día.
La Unión de Cooperadores Paulinos, también en marcha, habrá
de dar a la Congregación los medios económicos indispensables para su sostenimiento teniendo dicha Unión su sede provisional
en el Palacio Cardenalicio, donde los fieles interesados en el apostolado de la
Pía Sociedad de San Pablo pueden informarse ampliamente de sus medios de
cooperación.
Diario de la Marina, 11/ 08/1953: 8
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