Ningún Hermano Lasallista escapa
a la sombra materna de María Santísima. En cualquier país y colegio, se reza,
se invoca, se canta, se escribe a María, Madre de Jesús. El Hermano Victorino rezaba a María en
su título de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, pero en su corazón,
guardaba un amor especial por la Virgencita de Lourdes que le recordaba al hogar
materno.
El sábado 11 de febrero de 1928,
el Espíritu de Dios le esperaba, en la celebración de María de Lourdes. El
mismo Victorino dirá que no fue casualidad sino providencial, la fundación de
la Federación de Jóvenes de Acción Católica ese día.
En el lejano febrero de 1940 el
Hermano Victorino escribía en la revista Juventud Católica Cubana:
“Nació el 11 de febrero de 1928,
iluminada por la celestial sonrisa de la Virgen Inmaculada de Lourdes. El mismo
día, al bautizarla en la fe y sumisión a la Iglesia Católica, fue llamada
FEDERACIÓN, para que su nombre
señalara su objeto y su noble misión de unir y coordinar…
Ella venía al mundo con una
estrella al frente y una cruz sobre el corazón: emblemas de su ideal. En su
primer cumpleaños, la bendijo el Vicario de Cristo en la tierra y le dijo: “Sempre
piú, sempre migliore”.
Mientras sus tiernos años se
mecían entre las rosas celestiales de su excelsa Patrona, la angelical Teresita
del Niño Jesús, bajo el cielo puro y radiante de la Patria cubana, los tímidos
murmuraban: “¿Qué será de ella?” Y los pesimistas afirmaban: “Pronto morirá,
porque el ambiente no la favorece…” y le concedían plazos más o menos largos de
vida.
Y crecía en el silencio, casi
ignorada, a veces incomprendida, conociendo la amargura de las lágrimas y las
decepciones…Pero Dios la protegía y un grupo selecto de jóvenes la sostenía con
entusiasmo y amor.
A medida que iba creciendo en
años, se desarrollaban sus fuerzas y aumentaba su lozanía… “
Cuando otro 11 de febrero pero de
1947 se le dio la Orden Carlos Manuel de Céspedes, en el acto homenaje que se
le ofreció “dijo que lo había
iluminado la Santísima Virgen María y que él confiaba mucho en el éxito de la
Federación, porque la juventud lo puede todo con su entusiasmo y su fe”.
Cada 11 de febrero, fiesta de
Nuestra Señora de Lourdes, el Señor le premiará con un nuevo detalle, una nueva
gracia.
Bajo su mirada nació la
Federación de las Juventudes de Acción Católica, bajo su mirada deseaba
descansar eternamente el Hermano Victorino, bajo su mirada recemos con fe para
verle pronto en los altares.
Manuel Bonet
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