Recuerdo el libro de obediencias de los Hermanos Lasallistas del Distrito Antillas, organizado por el P. Moré. Mi sorpresa al encontrar los nombres de los Hermanos españoles mártires y su presencia en Cuba, aquellos datos me permitieron escribir en parte estas notas y otras fuentes me han permitido completar sus relatos para este blog.
Beato Félix Adriano Vicente Edo
- Nació: 21 de julio de 1903 en Mosqueruela, Teruel.
- Martirizado: 22 de septiembre de 1936 en Pinar del Palio de Mosqueruela.
- Causa de beatificación: H. Agapito Modesto y compañeros mártires.
- Beatificación: 29 de octubre de 2013 en Tarragona, Papa Francisco.
A nuestra parroquia cada año llegaba
el Hno. Director de Teruel y el Sr. Párroco le presentaba algún chico o varios
a la vez. En ocasiones alguno se entusiasmaba tanto con el proyecto del Señor de
La Salle y que pedía permiso a sus
padres y se iba al noviciado menor lasallista.
En noviembre de 1916 ingresó en
el noviciado menor de Cambrils, mi amigo Alejandro Gil. Sus cartas no se
dejaron esperar y pronto sin saberlo él, aquel epistolario tuvo en mí una
fuerte influencia vocacional y pronto desee seguir a Jesús al estilo de San
Juan Bautista de La Salle. Así, el 1º de enero de 1917 ingresé en aquella casa
de Cambrils, dedicada al Sagrado Corazón de Jesús que sería una referencia en
mi vida religiosa como experimenté luego.
Luego vino una fecunda estancia en
la casa lasallista de Els Hostalets de Llers, en Girona. Allí hice el
postulantado y el 18 de marzo de 1919, tomé el Santo Hábito de los Hermanos de
las Escuelas Cristianas. Al recibir en mis manos aquella simple vestidura, me
dieron un nombre nuevo. Me llamaron Félix – Adriano.
Al termino del noviciado, delante
de Nuestro Señor expuesto y acompañado del Hermano Visitador, mis compañeros y
yo, pudimos decir con voz entrecortada
por la emoción: Santísima Trinidad, Padre,
Hijo y Espíritu Santo, postrado con el más profundo respeto ante vuestra
infinita y adorable Majestad, me consagro enteramente a Vos para procurar vuestra
gloria cuanto me fuere posible y lo exigieras de mi….
Algunos días después fui enviado al antiguo
monasterio benedictino de Bujedo para continuar mi formación lasallista. Me acompañaba mi amigo Alejandro, ahora Hno. Antonio
Gil. Mi estancia en el Escolasticado duró un año, pues al iniciar el curso de 1921
– 1922 se me destinó a la escuela la Roquetas (1921 – 23), cerca de Tortosa y dos
años más tarde, estuve un curso en la vecina escuela “San Pedro Apóstol” de
Tortosa. Después pase unos meses en Santa Coloma de Farners y en 1924 recale en
Manlleu. En 1925 me destinaron a la escuela de “Santa Madrona” del barrio del
“Poble Sec” de la capital catalana donde estuve tres cursos en clases
superpobladas de alumnos. Nuevamente la obediencia me condujo a Sant Feliu de
Guíxols también por unos meses. En 1928 lo encontramos durante un curso en
“Nuestra Señora de la Bonanova”. En este
curso, el 29 de agosto emití mis Votos Perpetuos como Hermano Lasallista. Agotadas
las prórrogas militares, tuve que realizar el servicio militar substitutorio
marchando a Santiago de Cuba y Guantánamo en la isla cubana.
Al llegar al puerto de La Habana,
el Hno. Visitador, Hno. Alsimo Maria me envió a la comunidad de Hermanos del
Colegio de Nuestra Señora de la Caridad en Santiago de Cuba (1929 – 1930). La
pequeña imagen de la Virgencita de la Caridad del Cobre es venerada cerca de
esta ciudad, en medio de palmas reales. Una imagen pequeña pero que es sabor e
identidad de este pueblo que en ella confía las necesidades de cada día.
Al año siguiente, la obediencia
del H. Visitador me condujo al Colegio Sagrado Corazón de Jesús de Guantánamo, ciudad cercana, construida cerca de la playa y
rodeada de gran vegetación. En clase,
aquí como en Santiago de Cuba se logra hacer silencio, pero en cuanto se toca
la señal para el recreo, el bullicio y el movimiento invade el patio y los
jardines. Parecen periquitos, hablan, hablan y al toque de la campana paran de
pronto y se sumerge en el silencio de las clases nuevamente.
Al acabar el curso terminaba para
mí el servicio misionero substitutorio del militar, así que hice mis maletas y regresé
a España. En 1931 me incorporé de nuevo
al colegio de “Nuestra Señora de la Bonanova” hasta 1934. Con los obligados
traslados del período republicano, me destinaron al colegio “Sagrado Corazón”
de Tarragona, volví a recuperar mi nombre, era el Sr. Francisco Vicente Edo y
entre clase y clase, llegaba la hora del catecismo diario. Como otros Hermanos
me ponía un abrigo largo como si usara sotana nuevamente y así revestido, daba
mi catecismo diario.
Al inicio de las vacaciones de verano de 1936,
fui autorizado a pasar unos días en casa de mi familia. Al llegar a mi tierra
natal, me encontré con la presencia del H. Antonio Gil destinado a la Comunidad de la “Sagrada Familia” de
Cambrils. Además del descanso familiar hacíamos algunas giras vocacionales en
busca de nuevas vocaciones lasallianas entre los chicos del pueblo. Con algunos jóvenes preparaba los cantos para la
fiesta de la Asunción de María.
B. Antonio Gil. |
El estallido de la Guerra Civil
Española nos sorprendió en familia. Primero
tomaron prisioneros a los cuatro sacerdotes del pueblo y les martirizaron,
después destruyeron el templo parroquial, arrancaron los retablos, bancos,
confesionarios e imágenes, los quemaron en la plaza y luego quemaron el templo.
Alguien les delató nuestra presencia y fueron a por nosotros. Presos, pidieron
una fuerte suma a cambio de soltarnos, pero antes querían que firmáramos que el
dinero lo dábamos gustosamente. Nos negamos.
Mi madre se mostraba muy preocupada
y después del primer arresto, le conteste “Venga lo que venga, es preciso saber perdonar
a los autores del mal que nos hagan. Dios es el dueño de nuestras vidas. Yo
pongo la mía en sus manos."
Fuimos detenidos nuevamente y al
día siguiente tuvimos que presentarnos hasta tres veces en el Comité
Revolucionario. Obligados a levantar los escombros de la iglesia parroquial,
nos acusaron de destruir los objetos de culto, pero nos defendimos, nosotros no
destruimos nada.
Capilla San José de Cambrils, en la cúpula se aprecian todos los Hermanos Lasallistas Mártires de Tarragona |
El 8 de septiembre fuimos
detenidos por última vez. Coincidimos con un carmelita del Desierto de las Palmas, fray Juan Gual que también se
hallaba con su familia. A mi memoria vino la pequeñita imagen de la Santísima
Virgen de la Caridad del Cobre, mis alumnos bulliciosos y el silencio de la
capilla. Nos despojaron de todo objeto de valor hasta el audífono del H.
Antonio Gil que pudo escribir algunas líneas a su hermana:
"Haz lo posible por ver al jefe de nuestros guardianes y dile que
realice lo antes posible lo que tiene proyectado hacer con nosotros, pues
estamos muy preparados para morir. Ellos me han quitado todo, incluso mi
aparato de oír (usaba un micrófono, pues era totalmente sordo), la navaja de
afeitar e incluso el Rosario. Es el Rosario lo que más echó de menos"
En la cárcel he visto crecer ante
mis ojos al H. Antonio Gil, que para mí era un héroe, ahora se convertía en un
santo.
El 22 de septiembre, a las diez
de la noche nos sacaron de la cárcel. A dos leguas, en el paraje llamado Pínar
del Palio, en dirección a Villanueva del Cid, nos hicieron bajar del
camión en que íbamos. Nos invitaron a blasfemar para salvar la vida,
pero ante los fusiles gritamos “¡Viva Ntra. Sra. de los Dolores! ¡Viva Cristo
Rey!”.
Los disparos estremecieron la
tranquilidad de la noche, pero nosotros habíamos recibido la palma del
martirio.
Mártires de Tarragona. |
Manuel Bonet