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domingo, 12 de octubre de 2014

Detenido un 8 de septiembre: B. Félix Adriano

Recuerdo el libro de obediencias de los Hermanos Lasallistas del Distrito Antillas, organizado por el P. Moré. Mi sorpresa al encontrar los nombres de los Hermanos españoles mártires y su presencia en Cuba, aquellos datos me permitieron escribir en parte estas notas y otras fuentes me han permitido completar sus relatos para este blog.  

Beato Félix Adriano Vicente Edo

  • Nació: 21 de julio de 1903 en Mosqueruela, Teruel.
  • Martirizado: 22 de septiembre de 1936 en Pinar del Palio de Mosqueruela.
  • Causa de beatificación: H. Agapito Modesto y compañeros mártires.
  • Beatificación: 29 de octubre de 2013 en Tarragona, Papa Francisco.


A nuestra parroquia cada año llegaba el Hno. Director de Teruel y el Sr. Párroco le presentaba algún chico o varios a la vez. En ocasiones alguno se entusiasmaba tanto con el proyecto del Señor de La  Salle y que pedía permiso a sus padres y se iba al noviciado menor lasallista.

En noviembre de 1916 ingresó en el noviciado menor de Cambrils, mi amigo Alejandro Gil. Sus cartas no se dejaron esperar y pronto sin saberlo él, aquel epistolario tuvo en mí una fuerte influencia vocacional y pronto desee seguir a Jesús al estilo de San Juan Bautista de La Salle. Así, el 1º de enero de 1917 ingresé en aquella casa de Cambrils, dedicada al Sagrado Corazón de Jesús que sería una referencia en mi vida religiosa como experimenté luego.     

Luego vino una fecunda estancia en la casa lasallista de Els Hostalets de Llers, en Girona. Allí hice el postulantado y el 18 de marzo de 1919, tomé el Santo Hábito de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Al recibir en mis manos aquella simple vestidura, me dieron un nombre nuevo. Me llamaron Félix – Adriano.

Al termino del noviciado, delante de Nuestro Señor expuesto y acompañado del Hermano Visitador, mis compañeros y yo,  pudimos decir con voz entrecortada por la emoción: Santísima Trinidad,   Padre, Hijo y Espíritu Santo, postrado con el más profundo respeto ante vuestra infinita y adorable Majestad, me consagro enteramente a Vos para procurar vuestra gloria cuanto me fuere posible y lo exigieras de mi….

 Algunos días después fui enviado al antiguo monasterio benedictino de Bujedo para continuar mi formación lasallista.  Me acompañaba mi amigo Alejandro, ahora Hno. Antonio Gil. Mi estancia en el Escolasticado duró un año, pues al iniciar el curso de 1921 – 1922 se me destinó a la escuela la Roquetas (1921 – 23), cerca de Tortosa y dos años más tarde, estuve un curso en la vecina escuela “San Pedro Apóstol” de Tortosa. Después pase unos meses en Santa Coloma de Farners y en 1924 recale en Manlleu. En 1925 me destinaron a la escuela de “Santa Madrona” del barrio del “Poble Sec” de la capital catalana donde estuve tres cursos en clases superpobladas de alumnos. Nuevamente la obediencia me condujo a Sant Feliu de Guíxols también por unos meses. En 1928 lo encontramos durante un curso en “Nuestra Señora de la Bonanova”.  En este curso, el 29 de agosto emití mis Votos Perpetuos como Hermano Lasallista. Agotadas las prórrogas militares, tuve que realizar el servicio militar substitutorio marchando a Santiago de Cuba y Guantánamo en la isla cubana.

Al llegar al puerto de La Habana, el Hno. Visitador, Hno. Alsimo Maria me envió a la comunidad de Hermanos del Colegio de Nuestra Señora de la Caridad en Santiago de Cuba (1929 – 1930). La pequeña imagen de la Virgencita de la Caridad del Cobre es venerada cerca de esta ciudad, en medio de palmas reales. Una imagen pequeña pero que es sabor e identidad de este pueblo que en ella confía las necesidades de cada día.


Al año siguiente, la obediencia del H. Visitador me condujo al Colegio Sagrado Corazón de Jesús de  Guantánamo, ciudad  cercana, construida cerca de la playa y rodeada de gran vegetación.  En clase, aquí como en Santiago de Cuba se logra hacer silencio, pero en cuanto se toca la señal para el recreo, el bullicio y el movimiento invade el patio y los jardines. Parecen periquitos, hablan, hablan y al toque de la campana paran de pronto y se sumerge en el silencio de las clases nuevamente.

Al acabar el curso terminaba para mí el servicio misionero substitutorio del militar, así que hice mis maletas y regresé a España.  En 1931 me incorporé de nuevo al colegio de “Nuestra Señora de la Bonanova” hasta 1934. Con los obligados traslados del período republicano, me destinaron al colegio “Sagrado Corazón” de Tarragona, volví a recuperar mi nombre, era el Sr. Francisco Vicente Edo y entre clase y clase, llegaba la hora del catecismo diario. Como otros Hermanos me ponía un abrigo largo como si usara sotana nuevamente y así revestido, daba mi catecismo diario.

 Al inicio de las vacaciones de verano de 1936, fui autorizado a pasar unos días en casa de mi familia. Al llegar a mi tierra natal, me encontré con la presencia del H. Antonio Gil destinado a  la Comunidad de la “Sagrada Familia” de Cambrils. Además del descanso familiar hacíamos algunas giras vocacionales en busca de nuevas vocaciones lasallianas entre los chicos del pueblo.  Con algunos jóvenes preparaba los cantos para la fiesta de la Asunción de María.  
B. Antonio Gil.

El estallido de la Guerra Civil Española nos sorprendió en familia.  Primero tomaron prisioneros a los cuatro sacerdotes del pueblo y les martirizaron, después destruyeron el templo parroquial, arrancaron los retablos, bancos, confesionarios e imágenes, los quemaron en la plaza y luego quemaron el templo. Alguien les delató nuestra presencia y fueron a por nosotros. Presos, pidieron una fuerte suma a cambio de soltarnos, pero antes querían que firmáramos que el dinero lo dábamos gustosamente. Nos negamos.

Mi madre se mostraba muy preocupada y después del primer arresto, le conteste  “Venga lo que venga, es preciso saber perdonar a los autores del mal que nos hagan. Dios es el dueño de nuestras vidas. Yo pongo la mía en sus manos."

Fuimos detenidos nuevamente y al día siguiente tuvimos que presentarnos hasta tres veces en el Comité Revolucionario. Obligados a levantar los escombros de la iglesia parroquial, nos acusaron de destruir los objetos de culto, pero nos defendimos, nosotros no destruimos nada.

Capilla San José de Cambrils,
 en la cúpula se aprecian todos los Hermanos Lasallistas Mártires de Tarragona


El 8 de septiembre fuimos detenidos por última vez. Coincidimos con un carmelita del Desierto  de las Palmas, fray Juan Gual que también se hallaba con su familia. A mi memoria vino la pequeñita imagen de la Santísima Virgen de la Caridad del Cobre, mis alumnos bulliciosos y el silencio de la capilla. Nos despojaron de todo objeto de valor hasta el audífono del H. Antonio Gil que pudo escribir algunas líneas a su hermana:

"Haz lo posible por ver al jefe de nuestros guardianes y dile que realice lo antes posible lo que tiene proyectado hacer con nosotros, pues estamos muy preparados para morir. Ellos me han quitado todo, incluso mi aparato de oír (usaba un micrófono, pues era totalmente sordo), la navaja de afeitar e incluso el Rosario. Es el Rosario lo que más echó de menos"  

En la cárcel he visto crecer ante mis ojos al H. Antonio Gil, que para mí era un héroe, ahora se convertía en un santo.  

El 22 de septiembre, a las diez de la noche nos sacaron de la cárcel. A dos leguas, en el paraje llamado Pínar del Palio, en dirección a Villanueva del Cid, nos hicieron bajar del camión  en que íbamos.  Nos invitaron a blasfemar para salvar la vida, pero ante los fusiles gritamos “¡Viva Ntra. Sra. de los Dolores! ¡Viva Cristo Rey!”.

Los disparos estremecieron la tranquilidad de la noche, pero nosotros habíamos recibido la palma del martirio. 

Mártires de Tarragona. 

Manuel Bonet