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domingo, 6 de julio de 2014

Su memoria no se perdió

La guerra civil española (1936 - 1939) nos trajó a nuestro primeros mártires y beatos cubanos: fray José López Piteira, o.s.a. y fray Jaime Oscar Valdés, o.h., de quien hemos hablado anteriormente en este espacio.  En el caso del primer su causa pertenece a la  causa de Avelino Rodríguez, sacerdote profeso O.S.A  y 97 compañeros mártires de la Orden de San Agustín, además de  6  compañeros  del clero secular. En el caso del segundo su martirio está incluido en la causa  de Mauricio Íñiguez de Heredia y 23 compañeros hospitalarios.




¿Dónde quedaron sus restos? ¿Dónde descansan sus cenizas? ¿Podemos venerarles en algún templo?
  
Al término de la guerra los Hermanos Hospitalarios pudieron recuperar los restos de algunos de los religiosos martirizados y fueron llevados a la Iglesia del Parc Sanitari Sant Joan de Deu de Sant Boi de Llobregat donde reposan 26 de los 95 religiosos Hospitalarios de San Juan de Dios que calleron víctimas del comunismo entre 1936 y 1937 y pertenecían a las casas de Valencia, Calafell, Barcelona y San Boi. En algunas ocasiones la capilla martirial ha sido restaurada y bendecida con la presencia de sus Hermanos mártires.


Capilla tras la beatificación de 1992. 


La capilla está integrada por 26 arquetas de mármol donde descansan los restos de 17 Hermanos beatificados el 25 de octubre de 1992 por el Papa Juan Pablo II y de 9 Hermanos beatificados en Tarragona por el Papa Francisco.

Capilla actualmente. 

En medio de las arquetas se aprecia  una escultura de terracota de Salvador Mañosa de 1995 y el cuadro de los fusilamientos de Calafell de José Luis Fuentetaja.

Relicarios.  

Al ser fusilado fray Jaime Oscar Valdés con su superior en los muros del cementerio de Los Oliveretes, sus restos mortales desaparecieron sin poderse hallar hasta la fecha. Al recordarles hacemos memoria litúrgica, son parte de aquellos que ha sido fieles hasta la muerte. Si bien sus cuerpos no han sido hallados, su memoria no se perdió ni para su congregación religiosa ni para su tierra natal.  

miércoles, 11 de junio de 2014

¿Santos en Cuba?

A muchos que en los años 90 del siglo pasado nos preguntábamos sobre la santidad en Cuba, nos parecía un poco imposible encontrarnos con un cubano o cubana en los altares.  La causa del P. Varela se nos hacía lejana y entre susurros por las implicaciones políticas en que se le había envuelto, el P. Olallo apenas empezaba a conocerse fuera del Camaguey  y al Diácono José López Piteira ni se le mencionaba. 

Con la llegada de tantas comunidades religiosas que ingresaron al país en estos años, la bienvenida muchas veces venía acompañada de la  correspondiente ¿quién es su fundador/ fundadora? ¿Ya es santo/ santa? Cuba tenía necesidad de santos y ya los tiene. 

Desde hace unos meses empecé a buscar las huellas de aquellos y aquellas que han sido reconocidos por la Iglesia como testigos extraordinarios del amor de Dios: hombres y mujeres que caminaron en Cuba muchas veces bajo la sombra de sus palmas.

Me gustaría presentarlos poco a poco, sin prisas, pues sus huellas brillan entre nosotros por la eternidad.