Desde 1905 hasta 1928 hemos visto
al Hno. Victorino, ocuparse de manera continúa de dar clases en el colegio La
Salle del Vedado interrumpido con una breve estancia en el Colegio San Julián
de Güines. En estos años ha compartido su vida escolar con el desarrollo de
pequeñas obras apostólicas compartidas con otros Hermanos.
Sin embargo, estos intentos no le
llenan el corazón, sueña con una obra eclesial con el horizonte cubano como
marco para acoger a esta juventud necesitada de Cristo. En los orígenes de su
vocación lasallista hay un hombre de Dios que marca su vida: el Venerable
Hermano Exuperiano Mass. Lástima
que no se haya podido estudiar de una manera crítica y seria, la relación que
existe entre ambos.
Venerable Exupérien Mass (1829 - 1905) |
El H. Exuperiano actúa como
Hermano Asistente del Superior General cuando Hno. Victorino toma el hábito
religioso y vive su noviciado. Coinciden en varias ocasiones y logran dialogar. Como religioso es un hombre observante,
pero como lasallista el corazón desborda con sus múltiples actividades en pro
de los jóvenes. El autoriza su
salida hacia Canadá o hacia dónde se halle la voluntad de Dios para con él.
El Hno. Exupérien ha logrado
involucrar en 1879 al instituto lasalliano en la Oeuvre des Patronages de la
Seine o las obras de la juventud que logra reunir, a 3 500 jóvenes en 23 centros
escolares para actividades extraescolares. Más tarde crea la Sociedad de San
José Benito Labre, que se convierte en un semillero vocacional, aportando a la
iglesia francesa más de 300 sacerdotes y religiosos. Luego crea una Casa de acogida, donde los jóvenes
empleados del comercio podían comer en buena compañía.
Dos hombres signados por la fe. |
Cuando le nombren Visitador y más
tarde, Asistente del Superior General podrá ver a los Hermanos guiar a los
jóvenes franceses como Hermanos mayores por las calles, no solamente en los
centros escolares. En su obra juvenil marca un antes y un después en la
historia lasallista, solo comparada con la obra juvenil creada por el Hno.
Victorino. La influencia del Hno. Exupérien cruzará los mares un día dejando huella en Cuba. Cuando se den los primeros pasos para
fundar el 11 de febrero de 1928 la obra de la Juventud Católica Cubana, vivirá
una constante inculturación de su obra.
No es una copia, sino un
antecedente lasallista. La obra del Hno. Exupérien se suscribió a las obras
lasallistas francesas, desapareciendo prácticamente en 1905 con la
secularización de los Hermanos; la obra del Hno. Victorino se expandió por
todas las parroquias y colegios cubanos brincando a otros países donde los
Federados se exiliaron. Tras la creación de la Juventud de Acción Católica y su
expansión en toda la isla, hubo un aumento considerable de vocaciones a la vida
sacerdotal, religiosa y al matrimonio. Cuba vivía una verdadera evangelización.
Finalmente nos encontramos la creación del Hogar de Jóvenes Universitarios y la
fundación de numerosos grupos para cubrir las necesidades de la juventud cubana. Hubo dificultades y graves
incomprensiones en el seno del
Distrito Antillas y no faltó quien juiciosamente sentenció: “si la obra es de
Dios, permanecerá” ( Hch. 5, 39) y la obra creció en las manos de Dios.
Manuel Bonet