martes, 12 de mayo de 2020

Antes de fundar

Parecía que el siglo XX iniciaba bien para los Hermanos de La Salle, pues apenas iniciaba 1900 y ya se esperaba con ansias la canonización del Fundador. Sin embargo aquella alegría era una dulce ilusión ante la realidad gubernamental francesa que amenazaba la escuela cristiana. En cualquier caso, el 24 de mayo amaneció con decenas de Hermanos lasallistas en peregrinación a la Basílica de San Pedro del Vaticano para asistir a la canonización de Juan Bautista de La Salle y Rita de Cascia, recoleta agustina.
El Diario “El Radical” de París, con fecha 20 de julio afirmaba: “es necesario que la República Francesa se deshaga de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, ahí está el peligro esencial; las otras reformas quedan subordinadas a esta”.
El 7 de julio de 1904, en Francia  se votaba y promulgaba la Ley de supresión de las congregaciones religiosas de Combes.
Tras la votación de la ley, los Hermanos de La Salle como otras congregaciones e institutos de apostolado educativo, veían imposible la realización de su labor educativa en su tierra natal. Los Superiores Mayores presentaron a los 10 651 Hermanos la posibilidad de:
ü Partir al exterior, hacia el destierro.
ü Permanecer en Francia, aparentemente “secularizados”
ü Salida voluntaria de la Congregación.
ü Los Hermanos ancianos podían permanecer en Francia.
Para los que decidieron marcharse y vivir en otras tierras su vocación de religiosos educadores los Superiores Mayores estudiaban las ofertas de fundación que se realizaban de distintos puntos del planeta.
El 10 de octubre de 1903, el Presidente de Consejo, Emilio Combes, anunciaba para fecha próxima la supresión de todas las Congregaciones religiosas docentes en Francia.
El 27 de octubre de 1904, ante la presenciad el Cardenal Merry del Val, se colocó en San Pedro del Vaticano una estatua del Santo Fundador obra del escultor romano Aureli, quien había esculpido una anterior para la Catedral de Reims. Se ubicó encima de la estatua sedente de San Pedro.
El periódico Vera Roma del 30 de octubre se refería a esta:
“...Entre estas dos encantadoras y atractivas figuras (son las estatuas de un niño y de un adolescente), se alza majestuosa la del gran Institutor de La Salle. Al joven que lo escucha, atento y dócil, le señala el cielo con la mano mientras que, con la autoridad del Maestro y la dulzura del Padre parece decir: si recorrieres el camino de la vida de conformidad con las leyes de la Doctrina cristiana, serás feliz en esta tierra y gozarás en el Cielo de eterna dicha. En suma, todo el conjunto del grandioso grupo responde perfectamente al sublime ideal que Juan Bautista de La Salle quiso realizar con la institución del os Hermanos de las Escuelas Cristianas...”

miércoles, 18 de septiembre de 2019

¡Hacemos fiesta!


Hace unos días me preguntaron por el Messenger de Facebook, relacionado con el Hno. Victorino, ¿qué sucede después del decreto de Venerable? Mi respuesta en el acto fue: ¡Hacemos fiesta!  Porque el Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres. (Sal 125, 3).
El 6 de abril de este año, el Santo Padre firmó el decreto por el cual reconoce que nuestro Hermano Victorino vivió las virtudes en grado heroico durante su vida. Quienes tuvieron la dicha de caminar a su lado cada día, recordaran al hombre callado, que a pesar de tantas dificultades sufridas hizo del Señor, la roca firme en que construyó su vida y sus obras (cfr. Mt 7, 24).
Después de introducir y clausurar su causa de beatificación en Puerto Rico, hubo que esperar para que se dieran otros muchos pasos en la Congregación de las Causas de los Santos. Finalmente, ya redactada la Positio, esta se presentó a un grupo de teólogos que finalmente, dieron su opinión sobre la vivencia de sus virtudes. Este decreto es el cierre de una etapa de trabajo perseverante y cuidadoso por parte de muchas personas.
El Hermano Victorino pertenece a la santidad lasalliana, pero también a la santidad de la Iglesia universal, porque al vestir el hábito lasallista en el lejano 28 de octubre de 1901, su vida fue cederse poco a poco a la voluntad de Dios que le iría trazando nuevos destinos en su ruta: Canadá, Cuba, Estados Unidos, Puerto Rico. Por lo cual, el decreto de Venerable alcanza a cada ex alumno o federado, a cada Hermano o comunidad lasallista que le conoció o le conocerá.
Con otras herramientas y otro contexto, el Hermano Victorino fue un hombre de hacer “lío” en la Iglesia y la sociedad. Lástima que su obra es prácticamente desconocida para muchos más jóvenes que no vivimos a su lado tantos momentos diversos.
El Venerable Hermano Victorino es un guiño joven para la Iglesia de hoy.

 Manuel Bonet Ochoa 


jueves, 11 de abril de 2019

¡El Hno. Victorino es Venerable!


Hace cincuenta años, en el viejo misal de mi bisabuela se escondían algunas estampas: entre olas la Virgencita de la Caridad del Cobre, un san José con el niño, san Antonio de Padua y un San Juan Bosco.  Claro, no faltaba san Francisco Javier, el apóstol misionero ni tampoco el arzobispo de Santiago de Cuba, san Antonio María Claret.

Hoy, el devocionario cubano, se ha enriquecido y en mis manos tengo las estampas del venerable P. Félix Varela Morales, del héroe de la caridad, el beato José Olallo Valdés,  del joven agustino José López Piteira que no quiso abandonar su comunidad para salvar su vida de las balas comunistas españolas, del ya venerable P. José Vandor Puchner, salesiano, de la sierva de Dios Ma. Francisca Yáñez, religiosa Filipense Misionera de la Enseñanza,  la venerable sor Ma. Soledad Sanjurjo Santo, religiosa Sierva de María  y últimamente, el Hno. Victorino de la Salle, hace unos días ya declarado Venerable.  


Por la isla caminaron en estos cinco siglos de evangelización y conquista numerosos santos, de algunos de ellos y ellas he hablado en otros momentos.  Mártires: Carmelitas, Vicentinos, Salesianos, Escolapias, Hermanos de La Salle, Pasionistas, Siervas de María y otros muchos. Claro, faltan muchos por mencionar, pero no quiero ignorar a los dos siervos de Dios, Mons. Eduardo Boza Masvidal, obispo auxiliar de La Habana (+ 2003), Mons. Adolfo Rodríguez Herrera (+ 2003), arzobispo de Camagüey. No quiero ignorar a Mons. Agustín Román, obispo y párroco de la Ermita de la Caridad del Cobre (+ 2012), de quien espero pronto se pueda abrir su causa de canonización.

El decreto de Venerabilidad del Hno. Victorino de la Salle, dado el 6 de abril de este año, es un momento para alegrarnos con el Señor por el don reconocido de su santidad. Una confirmación de una vida cristiana marcada por la heroicidad de las virtudes teologales, cardinales y propias de su estado.  

Por lo cual, es tiempo propicio de nuevos estudios sobre su persona, su obra catequística, su participación eclesial que no solo se reduce a la fundación de la Acción Católica Cubana, su vida religiosa como religioso Hermano de las Escuelas Cristianas.

Poder decir hoy “¡El Hno. Victorino es Venerable!” ha implicado varias décadas de difusión, estudio, compilación de documentos y testigos. Ojalá que pronto podamos verlo beatificado, pero para ello debemos rezar, confiarle nuestros problemas y los de otros para que pronto llegue el milagro que haga avanzar su causa.

miércoles, 25 de octubre de 2017

Empezamos la cuenta regresiva....


El próximo 15 de noviembre de 2018, se reunirá en la Congregación para las causas de los santos, el Congreso teológico para la discusión y análisis de la Positio super virtutibus del Hermano Victorino de La Salle, por lo cual dentro de poco empezaremos a contar de manera regresiva la añorada fecha.




¿Qué podemos hacer como ex - alumnos y federados, devotos, familia Lasallistas? Rezar.

Unirnos todos como uno solo y pedir confiadamente al Espíritu Santo que guíe las mentes de aquellos teólogos que después de analizar la Positio, opinarán sobre su vida, virtudes y fama de santidad de aquel Hermano callado que conocía a todos de nombre y rostro en el colegio y en la Acción Católica.

Acercarnos como familia a la Santa Misa y a la Confesión. 

Confiemos a María de la Caridad de Cobre el Congreso Teológico como un momento de nuestra historia patria.

Vivamos este momento en un clima de oración y esperanza, pues sólo podemos rezar y esperar.

Manuel Bonet Ochoa.

viernes, 16 de junio de 2017

Hno Victorino: su corazón mariano

Hablar de la presencia de María, Madre de Jesús en la vida del Hno. Victorino de la Salle es ubicarlo en la estela mariana de doctrina, prácticas y devociones propias que dejo el Sr. de La Salle a los Hermanos de las Escuelas Cristianas.

Nuestra Señora de Lourdes, en Francia.

El culto a Nuestra Señora de Lourdes hizo en su corazón un altar en el que depositó los rostros familiares, la salida de Francia, el destierro en el gélido Canadá, la llegada a Cuba.  

Más tarde, el contacto en Cuba con los chicos y la Virgencita de la Caridad del Cobre mostró su lado más íntimo y apostólico: la incomparable lista de alumnos y conocidos, de padres de familias, de sacerdotes. Por en su corazón brillaron por siempre dos nombres: Lourdes y Caridad.

Lourdes fue testigo de sus correrías apostólicas en pos de la fundación de la Juventud Católica, la Federación, los exvotos a sus pies.


Nuestra Señora de la Caridad del Cobre.

A la Caridad le encomendará más tarde los Grupos de Matrimonios que en tierra cubana nacieron y conocieron el duro exilio, maltrechos y desarrapados, bajo la dictadura castrista por otras tierras. En su exilio, muchas llevarían con los recuerdos alguna medallita al cuello, de la flor más hermosa de los campos cubanos. En su corazón, el Hno. Victorino portará una estampita con una plegaria de sueño y esperanza.

Amada Virgen de la Caridad,
Madre de los cubanos:
Yo te veo llorar por cuanto sufren
y han sufrido tus hijos.
Madre querida, la prueba es dura y larga…
Basta ya de penas, de lágrimas, de separaciones.
Ten compasión de tu pueblo que tanto te quiere.
Oye nuestras súplicas…
Aplasta pronto la cabeza de la serpiente roja
que atormenta la Patria,

y te prometemos hacerla mejor y más cristiana.


Manuel Bonet Ochoa 

martes, 23 de mayo de 2017

A cualquier hora del 1o de Noviembre

 Así se tituló la entrada que le dedicó Jorge López Teulón en su blog (http://www.religionenlibertad.com/cualquier-hora-del-noviembre-carcel-san-anton-18604.htm), al hablar del martirio del joven agustino nacido en Cuba, fray José López Piteira.

Era el día de Todos los Santos, y a los santos del cielo, se unieron por el martirio, una cincuentena de frailes agustinos que se ganaron la palma del martirio, víctimas del comunismo en España.


Fray José López Piteira si bien nació en Cuba, sus padres eran inmigrantes gallegos que dejaron su Galicia natal para probar fortuna en alguna de las colonias españolas en ultramar. El 2 de febrero de 1912 nació José, en Jatibonico, actual provincia de Ciego de Ávila. 

Su padre, D. Emilio López Vilelo contrajo matrimonio con Doña Lucinda Piteira Romero, ambos naturales de Dacón, Maside, Galicia.  El 19 de julio de 1904, la Providencia les bendice con la primogénita, a quien le pondrán el nombre de Rosa. Casi un año más tarde, nace Francisco, el 16 de diciembre de 1905.

Entre 1906 y 1907 el matrimonio emprende viaje hacia Cuba, dejando a los pequeños al cuidado de los abuelos. En la mayor de las Antillas nacerán  Ma. del Pilar, el 21 de octubre de 1908, en Santiago de Cuba. Más tarde, ya establecidos en Jatibonico, nace Ma. de la Purificación el 9 de agosto de 1910; nuestro José el 2 de febrero de 1912. Vueltos a la Galicia natal, naceran Agustín (1918), Inocencio (1921), Julia (1924), José Benito (1926) y Ma. de la Caridad (1930).

Quien diría que este chiquillo nacido en Cuba, llegaría un día a la balconada de San Pedro del Vaticano. 
Manuel Bonet Ochoa

José Olallo Valdés el rostro de la misericordia

Hace algún tiempo he querido escribir sobre nuestro querido Beato fray José Olallo Valdés, el rostro de la misericordia en la Cuba del siglo XIX y "un campeón de la caridad cristiana" (José Saraiva Martins, Homilía de la Beatificación, Plaza de la Caridad, Camagüey, 29 de noviembre de 2008), sin embargo el tiempo sigue siendo una dificultad.

Cuba recordemos que no tenía ningún Beato propio, muchos habían laborado en nuestras tierras. Nombres y mujeres del evangelio. No se desconocía la obra del Venerable  Félix Varela y Morales Sin embargo, no fue hasta el 28 de octubre de 2008 que en la beatificación de los numerosos mártires españoles en la Plaza de San Pedro del Vaticano, se escuchó el nombre del joven agustino, fray José López Piteira, nacido en Jatibonico (1912 - 1936).



Un año después, el 29 de noviembre, le tocó el turno de verle en los altares al ya conocido fray José Olallo Valdés, el Padre de los Pobres.  El Superior General de los Hospitalarios de San Juan de Dios, Hermano Donatus Forkan, previa a la celebración recordaba, "esta beatificación es para nosotros otro punto fuerte de la historia de la hospitalidad, que ha perdurado a lo largo del tiempo y que sigue siendo válida, hoy más que nunca".  

Después, le ha tocado el turno a fray Jaime Oscar Valdes (La Habana,1891 - Playa de la Malvarosa, España, 1936), quien el 13 de octubre de 2013 fue reconocido como mártir y testigo de Cristo en el Complejo Educativo de Tarragona.


Manuel Bonet Ochoa