miércoles, 21 de enero de 2015

Hermano Victorino en el colegio de Güines

En nuestra última entrada sobre el Hermano Victorino le habíamos dejado como profesor en el Colegio Lasallista del Vedado. 

Hay que levantarse temprano, al toque de la primera campana y disponerse a realizar los diferentes ejercicios de comunidad. La oración de la mañana, con los puntos para la meditación basada en el evangelio o en las Meditaciones del Fundador dan la pauta para empezar el día.  Día tras día, la reflexión, el catecismo, las clases que se han de preparar con esmero y dedicación, la preparación del Hermano en las materias que ha de impartir. gobernar aquellos giros lingüísticos propios del castellano, aprender a conjugar verbos tan enrevesados como el ser y el estar. Aprender el fue, está, estoy....  Descifrar los gestos y expresiones de cada niño que parece que el español ha sido inventado solo por ellos. Lástima que no conoció el título Los tres tristes tigres de Guillermo Cabrera Infante, seguro que se hubiera leído con tantas palabras y gracejos que se dan en Cuba. 


Probablemente el desgaste de los primeros años en Cuba, aquellas jornadas primeras que generan una actitud de observación constante, una mirada atenta a señales y gestos que se originan en el pequeño auditorio, hicieron que para el curso escolar de 1906 - 1907 el Hermano Victorino se encontrara tan enfermo que los Hermanos propusieran trasladarle al Colegio San Julián de Güines. 

El Colegio San Julián había sido fundado tras los muchos ruegos de Mons. Gonzalez Estrada para dar educación cristiana a los niños de este poblado. El 8 de octubre de 1907 salía del colegio del Vedado la nueva comunidad, siendo su Director el Hno. Juan, le acompañaban en esta obra los HH. Clemente José, Gustavo y Sergio. El 15 de este mes, fiesta de Santa Teresa abría las puertas el colegio.

El clima de Güines al parecer le asentó y pronto mejoró. Continuó dando clases en aquel colegio chiquito hasta que en septiembre de 1911 regresó al Colegio De La Salle del Vedado para impartir la clase del 2o año del Curso Comercial que se había iniciado ese año. Pero antes, en el verano, le habían enviado a New York para perfeccionar su inglés.  

Manuel Bonet

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