En otra entrada había escrito sobre la Venerable M. Isabel Larrañaga Ramírez, fundadora de las Hijas de la Caridad del Sagrado Corazón de Jesús. Les comparto una breve narración de la fundación del colegio Nuestra Señora del Pilar en tierra pinareña.
"En el verano de 1894, el obispo
de La Habana, Mons. Manuel Santander y Frutos tuvo una entrevista en Madrid con Madre Isabel. El Prelado
propuso la fundación en Pínar del
Río, a 176 kilómetros de La Habana. La propuesta del obispo fue de su agrado,
acogiéndola como deseo y voluntad del Señor.
Informadas de esto las Hermanas,
casi todas se ofrecieron para ir a Cuba, a pesar de la distancia y de los
horrores de la guerra. La Madre felicitó a todas y pocos días después dio a
conocer el nombre de las seis Hermanas que habían sido designadas: Madre María
Hurtado, como Superiora, que llevó la congregación a Cuba, las Hermanas Natalia
Balaguera, Epifania Mochales,
Pilar Molina, Jacoba Balaguera y Celestina Zaldo; profesoras las cuatro
primeras y las otras dos coadjutoras para el trabajo de la casa.
Como les faltaba el dinero para
los viajes, Madre Isabel cogió el estribo de plata que de joven utilizaba en Lima para montar a caballo y junto
con algunas joyas se lo entregó a la Madre Hurtado para que lo llevase al Monte
de Piedad de Madrid. Su alto precio les ayudó a pagar los viajes y llegar hasta
Pínar del Río.
La fecha designada para la
partida fue el 18 de noviembre de 1894 y, el domingo anterior celebraron con
afecto entrañable la fiesta de Santa Isabel, cumpleaños de la Madre Fundadora.
“La misma Madre – contaba la
Hermana Natalia – embaló con mucha delicadeza y cuidado, como lo solía hacer en
todas las cosas, una virgencita del Amor Hermoso, que nos entregó con estas
palabras: “Hijas mías, yo no puedo ir ahora, pero esta Madre va en mi nombre
como Superiora y Fundadora, ámenla mucho y ella les ayudará”. La Virgen lo hizo
admirablemente.
El día de la partida lo pasaron
de retiro con el Santísimo expuesto, hasta cerca de la hora de salir de casa,
calle Tutor, 36 de Madrid. Don José Peña, canónigo de Málaga que conocía a la
Madre, les dio la plática e impuso la medalla del Sagrado Corazón de Jesús a
todas las viajeras.
A las 7 de la tarde tomaron el
tren de La Coruña; allí embarcaron en el vapor “Alfonso XII y llegaron
felizmente a La Habana el 4 de diciembre.
Unas buenas señoras enviadas por
el Prelado para recibir a las Hermanas en el puerto, acompañaron al Palacio
Episcopal a la Madre María Hurtado y a la Hermana Epifanía Mochales para
saludar al Obispo, quien las recibió con alegría y muchas atenciones, pero tuvo
que pedirles que no se detuviesen en La Habana, a causa de la epidemia de
fiebre amarilla que devastaba la capital.
Al día siguiente llegaban en tren
las seis Hermanas a Pínar del Río, lugar convenido para la fundación por su
Ayuntamiento, para la que habían pedido religiosas. El Prelado puso un
telegrama anunciando al Párroco la llegada de las Hermanas."
T. Muñoz.
Dibujo J. Arbeau.
En Irradiar, mayo 1912.
No hay comentarios:
Publicar un comentario