martes, 7 de julio de 2015

Hno Victorino: en las raíces de las Juventudes Federadas Cubanas

Desde mayo no subía ninguna entrada sobre el Hermano Victorino, y no es que no tuviera material para dar continuidad a su vida y obra sino que me faltaba tiempo.

Hay una tendencia en muchos biógrafos en presentar hechos que marcan la vida de grandes personajes como si de la nada pudieran hacer surgir las cosas, cuando es un de "compromiso en compromiso" que estas se van dando. En manos del Hermano Victorino surgió poco a poco la Federación de Juventudes de Acción Católica y probablemente haya más nombres de sacerdotes, religiosos y religiosas que se empeñaron en que aquella frágil planta diera tantos frutos de santidad. si, de santidad, matrimonios coherentes, de sacerdotes y religiosas fieles, a esos me refiero.  



El origen de la Federación de las Juventudes de Acción Católica como bien ha podido investigar la Srita. Teresa Fernández Soneira tuvo un largo proceso de génesis que se esconde en el callado hacer y ser de la Juventud Antoniana de La Habana (1916 – 1920), la Asociación de Jóvenes Católicos del P. Serra, s.j. (1920 – 1925); el Club Católico Universitario (1926) que se enfrenta  al Primer Congreso Nacional de Estudiantes de La Habana (1926) que manifiesta el escondido sentir de alguna parte de nuestra juventud con los ideales comunistas expresados por Mella y que coinciden con el anticlericalismo de estos años en casi toda Latinoamérica.

Ante la necesidad de dar seguimiento a los exalumnos de los colegios, que al abandonar sus muros por los amplios salones universitarios perdían o escondían su fe, el Hno. Victorino como otros jóvenes perciben el deseo de unificarse bajo una federación.

El 24 de enero de 1926 en el Colegio del Vedado surge la “Fraternidad de La Salle” tras muchos intentos de agrupación para los Antiguos Alumnos. La directiva quedo conformada por Rafael Garteiz, Presidente; José Luis de Cubas, Vice – Presidente; luis Martínez Alcover, Secretario; Francisco Fernández como Vice – Tesorero. Asistieron como delegados del colegio los HH. Edmundo y Victorino, fundadores de la obra lasallista en Cuba. Inicialmente se llegaron a registrar 219 Antiguos Alumnos.  Sin embargo pocos asistían a las conferencias formativas al parecer y al cabo de dos años, prácticamente era una perdida de tiempo dar seguimiento a aquel grupo de exalumnos que ni siquiera se reunían.  En el Boletín 1905 de los Antiguos Alumnos de La Salle se puede leer al respecto: “desde el 13 de octubre de 1926 hasta diciembre de 1927, la Federación de A. de A.A. de La Salle, estuvo en una inactividad completa, y de esta misma inactividad nació la idea de la Federación de la Juventud Católica Cubana. Estando ya en preparación ésta, se procedió a disolver la Federación…”.

El 17 de octubre de este año, el Santo Padre Pío XI, beatificó al Hno. Salomón Leclerq junto a otros 190 compañeros mártires durante la Revolución francesa.  Como representante del Distrito Antillas fue enviado el Hno. Victorino. ¿Influyó su temporal ausencia en el ánimo de los Antiguos Alumnos?

Mientras tanto el Club Católico Cubano continuó promoviendo y efectuando reuniones periódicas con la finalidad de encontrar una respuesta a las necesidades de la juventud católica cubana de aquella época.

El 22 de enero de 1928 este grupo juvenil convoca una reunión de Asociación de Antiguos Alumnos de Colegios Católicos para el día 30 de este mes. Ese día se formó la Junta Provisional de la Federación de Juventud Católica Cubana.  Su presidente, Sr. Jorge Hyatt convocó para el 11 de febrero de 1928 en el Colegio de La Salle del Vedado la próxima junta. 

No podemos dejar de mencionar que todo aquel movimiento juvenil era seguido de cerca por Mons. Manuel Ruiz, Obispo de La Habana que veía como la semilla era echada una y otra vez al voleo por el sembrador, una cayó en el camino, otra entre rocas,  un poco más al borde del camino y pronto, un gran puñado caería en tierra buena.


Manuel Bonet

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