sábado, 11 de julio de 2015

Lo cuenta el Hermano Victorino

El Hermano Victorino era un hombre callado, si, callado sobre sí mismo. Conocía a todos y todas las jóvenes Federadas, les hablaba, les escribía, sin embargo, tenemos pocos escritos autobiográficos sobre sí mismo.  Una gran reserva sobre su persona supo mantener siempre. Uno de ellos, el discurso ofrecido el 8 de diciembre de 1963 en Miami, Estados Unidos. Allí, contó algunas cosas de aquel sábado 11 de febrero de 1928. 

Tomo algunos párrafos, pues es un texto extenso donde recorre muchos momentos de su vida.

"En 1928, yo tenía  ya 40 años cumplidos y por lo mismo había adquirido bastante experiencia de los problemas de la Juventud…Se me habían desvanecido las primeras ilusiones y veía mejor las realidades. Por otra parte, desde hacía unos años me venía ocupando en actividades extra – escolares de apostolado, como Catequistas voluntarios en barrios de La Habana y había fundado la Conferencia de San Vicente de Paúl, para ex – alumnos y había observado los frutos que se lograban con los jóvenes dedicados a un apostolado activo y unidos por un ideal.

Sin embargo, como otros muchos, veníamos lamentando la poca perseverancia de los jóvenes salidos de los Colegios Católicos en general y me parecía que estábamos “arando en el mar” como vulgarmente se dice…Las iglesias se hallaban vacías de hombres y por lo tanto alejados de los Sacramentos. Dominaba el respeto humano y la mayoría de los pocos que  se confesaban, lo hacía en la Sacristía, por temor al que dirán.

Todo esto daba lugar a reflexiones, cambios de impresiones, proyectos, cuando aquel mismo año se celebró en la Universidad de la Habana, un Congreso Estudiantil en donde fue especialmente atacada la religión católica y el clero… De los centenares de estudiantes católicos presentes, sólo uno tuvo el valor de defender sus creencias…y lo hizo más bien por política, ya que  él mismo no practicaba.

Entonces pensé: “Ya que las deserciones se deben especialmente al respeto humano, o sea al miedo…¿Por qué no unimos a los jóvenes católicos para que así, se sientan más decididos y más fuerte?... porque siempre será verdad que “la unión hace la fuerza”.

Me puse  en contacto con jóvenes ex – alumnos de las principales Instituciones docentes católicas, exponiéndoles mi plan de unión; todos aceptaron y ofrecieron su cooperación inmediata. Pronto fue designada una Comisión de tres jóvenes abogados para que redactaran los proyectos de Bases y Estatutos de una Federación. (…)

La fecha del 11 de Febrero, fiesta de  N. Sra. de Lourdes, no fue previamente escogida; fue casual o más bien providencial. … El 11 de Febrero de 1961 fue precisamente cuando los Comunistas declararon guerra abierta a las Juventudes católicas, en el mismo lugar donde se había fundado 35 años antes, en igual fecha, lo que hizo exclamar a uno de nuestros Prelados: “Aquello fue para ESTO”…….


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