sábado, 25 de octubre de 2014

Hermano Victorino: primeros años lasallistas.

Me gustan mucho las líneas de tiempo como recurso para poder aprender y organizar ideas, así que aquí les comparto una línea del tiempo con los primeros años del joven Augustin Arnaud Pagés, muy próximo a convertirse en el Hermano Nymphas Victorin.


En aquel primer colegio lasallista que ha ingresado providencialmente a sus escasos 11 años, siente que el Señor Jesús le llama a seguirle, como uno de estos Hermanos que día a día dan lo mejor de sí para educarlos y formarlos como buenos y honestos ciudadanos.

Le confiesa probablemente su deseo al Hno. Director y en poco tiempo, me imagino que con la autorización y bendición de sus padres, parte al Noviciado Menor o Aspirantado en Val - pres - le Puy, cerca de la imagen de María Santísima hecha con cañones. Es el Aspirantado la primera etapa de formación lasallista, en aquella época y en aquella casa, habían 120 adolescentes que disfrutaban de un ambiente rico en piedad, estudios y excelente ambiente fraterno. Muchos años después al recordar estos años, dirá "allí pasé los mejores años de mi vida". 

En estos años surge una anécdota que tiene sabor a travesura en nuestros días, así lo cuenta él: "Cuando apenas tenía 13 ó 14 años, recuerdo un hecho significativo en mi vida. Era durante la Guerra Hispano - Mexicana y, por lo tanto, la independencia de Cuba. Los periódicos traían diariamente noticias, y estaba yo locamente interesado por ellos. De acuerdo con un compañero, a una hora convenida nos metíamos en el despacho del Capellán del Colegio, y con el periódico que allí tenía nos enterábamos de todo. Solo nos interesaba lo de Cuba. ¿Sabía yo algo de Cuba? ¿Me imaginaba que algún día iría a vivir y trabajar allí? Nada de eso; pero a veces, en la adolescencia hay intuiciones providenciales que nadie explica..."

¿Descubiertos por el Capellán? ¿Regañados por el Hermano encargado de la disciplina? No sabemos que sucedió al respecto, pero para el adolescente Augustin fue un hecho que se grabó en su memoria para siempre. 

El 24 de mayo de 1900 trajo una gran alegría para los Hermanos Lasallistas, la canonización de Juan Bautista de La Salle (1651 - 1719). Cada casa lasallista competía en manifestaciones de afecto y cariño hacia el Fundador que era colocado en la Gloria de Bernini y declarado como modelo de santidad para toda la Iglesia. 

En septiembre de 1901, daba un paso importante en su vida el joven Augustin, ingresaba en el Noviciado de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. 

Nos detenemos aquí, dejemos para otro momento, el hecho de su toma de hábito.  Caminemos estos últimos días junto al adolescente que pronto entrara en la historia de su Instituto y de la historia de la Iglesia en Cuba.     
Manuel Bonet

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