martes, 12 de mayo de 2020

Visita del Hno. Adolfo Alfredo

Llegó el Hno. Adolfo Alfredo a La Habana el 1 de febrero de 1905, se hospedó en el Hotel Florida, entre las calles Obispo y Cuba (actual Floridita), con cartas de recomendación para distintas comunidades religiosas. En un primer momento de esta visita se encontró con el Ordinario de la diócesis para obtener la autorización para la apertura de obras lasallistas. Los primeros pasos en la isla no fueron favorables para el Hno. Adolfo Alfredo, el cual estaba a punto de marchar a Francia ante tantas dificultades presentadas, cuando se encontró con el Señor Obispo, quien le invitó  a alojarse en el Palacio Episcopal y le prometió ayudarlo, manifestando su deseo de que los Hermanos viniesen a Cuba.
- “No, mi buen Hermano, usted no puede marcharse sin dejar establecidas las fundaciones que le han encargado sus superiores. Usted vendrá a vivir aquí, que es su casa, y mi mesa será la suya, será mi huésped, mi invitado sin coste alguno. Es mi deseo que usted no se marche sin dejar instalada en mi Diócesis su congregación.”
Con las disposiciones tomadas por el Obispo, pronto se contó con un grupo de colaboradores para concretizar aquella obra cuanto antes. Podemos mencionar el gesto del P. Vicente Leza, S. J, Rector del Colegio de Belén; al Sr. Francisco Penichet, Presidente de las Conferencias de San Vicente de Paúl; y a un grupo de Antiguos Alumnos del Colegio Condal y del Colegio Bonanova de Barcelona, donde el Hno. Adolfo Alfredo había sido Director.
La intención primera del delegado del Superior General era tratar de establecer una escuela gratuita, pero de aquel encuentro surgió la posibilidad real de abrir esta obra y además, un colegio de paga sugerido por el Obispo. Para la creación de la escuela gratuita se entabló comunicación con los Padres Jesuitas que tenían un Colegio en la “Habana Vieja”. Para la apertura del colegio se pensó en el Barrio del Vedado, para mayor satisfacción del p. Paulino Álvarez, o. p. El 31 de marzo firmaba el contrato de alquiler de una casa en Línea, # 60 esquina a D, perteneciente al Sr. Guillermo García Tuñón. Monseñor Estrada González pagaría el alquiler de esta casa durante los cuatro años del alquiler: 170 pesos oro español, además de regalar otros dos mil pesos oro español para los gastos de adaptación y mobiliario
Al regresar el H. Adolfo Alfredo a Francia y dialogar con los Superiores Mayores viendo estos la posibilidad de enviar lo más pronto posible un grupo de Hermanos “Cubanos”, pues así se les nombraba en el interno de la congregación a los primeros Hermanos franceses y canadienses destinados a Cuba).

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