sábado, 12 de julio de 2014

Trinitarios en la Perla del Norte

Las primeras huellas trinitarias en Cuba fueron holladas por el P. Carlos de Jesús y María en 1895 a cuando este iba camino a la recién fundación en Colombia. En este primer momento se encontró con el matrimonio formado por el notario Dr. Carlos Alberto Smith y la Sra. Susana Barrinat que le ofrecieron la posibilidad de una fundación en Cárdenas, Matanzas.   

Visión fundacional de Juan de Mata.  

Después de numerosos inconvenientes la presencia trinitaria en Cárdenas se hizo posible y aquella alianza fue sellada con la celebración de la eucaristía el 20 de marzo de 1898. Inicialmente esta presencia estuvo dirigida a la asistencia pastoral de los enfermos del hospital.

En 1899, tras el término de las guerras de independencia, y libres los trinitarios de su servicio en el hospital, se sentaron las bases de un colegio. Los inicios fueron modestos, para lo cual se abrió una escuela nocturna en una casa de la calle Laborde, inmueble de reducidas dimensiones que permitió que al año siguiente se abriera el Colegio de la Santísima Trinidad.

Con el paso de los años, la presencia trinitaria no solo se restringió al apostolado escolar que compartían con numerosos laicos, sino que se extendió al cuidado pastoral de los pueblos o bateyes de Cimarrones y Lagunillas. Entre los numerosos frailes trinitarios que laboraron en Matanzas, se encuentra el B. José de Jesús y María Ormaechea Apoitia que caería en 1936 bajo las balas comunistas españolas, de quien hablaremos próximamente. El 30 de junio de  1961 los PP. Trinitarios abandonaban Cuba como otras muchas órdenes y congregaciones religiosas dejando atrás años de presencia callada y fecunda . 

Colegio de la Santísima Trinidad en Cárdenas, 1935. 

En pleno siglo XI, el francés  Juan de Mata y  Félix de Valois  llevan un poco de esperanza a los cristianos cautivos bajo las armas musulmanas. En el proyecto original aquellos frailes se cambiaban por prisioneros cristianos. A través de los siglos, la Orden Trinitaria ha logrado renovar su carisma fundacional a las necesidades de la sociedad actual. En un mundo atado a drogas y otras muchas dependencias, en el momento de su fundación en Matanzas la Orden de la Santísima Trinidad vivía su carisma fundacional en nuestra patria: redención y prevención por la educación.

La fundación trinitaria en Cuba es fruto de la tercera restauración de la orden en el seno de la Iglesia. En 1835 con las leyes de desamortización de Mendízabal los discípulos de Juan  de Mata desaparecen en España. En 1879  la presencia trinitaria es posible gracias a algunos frailes italianos que restauran la obra en España.

España será el nuevo puerto misionero hacia América: Colombia, Cuba, México, Chile y otras muchas presencias a favor de la redención de cautivos. 




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