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sábado, 14 de junio de 2014

Santísima Trinidad....

La fiesta de la Santísima Trinidad me recuerda los años de adolescencia en mi parroquia. Cada domingo era un reto buscar algún símbolo que ilustrara la liturgia y se convirtiera en algo significativo para todos. En alguna ocasión era un cirio con tres mechas que ardían a la misma vez. 

En esos años descubríamos el mudo de los iconos y algún dibujo adorno entonces el templo parroquial a imitación de la Santísima Trinidad de Andrei Rublev. Hoy quiero ponerlo acá y que nos acompañe en esta semana de oración y celebración.

Rublev era un monje ruso, durante mucho tiempo oró en silencio buscando la sabiduría que le permitiera exponer a la Santísima Trinidad. En su oración contempló la visita de los tres ángeles a Abraham, escena bajo el encinar de Mambré (Génesis 18, 1 - 15). Casi diez años de diferencia hay entre el pensamiento inicial de la elaboración de este icono y su terminado. 


El icono representa a tres ángeles que se rozan entre sí, lo cual simboliza la unidad e intimidad que existe entre ellos. Cada ángel representa a una persona divina de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. El color azul en las túnicas o mantos representa su ser divino. 

El ángel de la izquierda o primero, representa al Padre: lo transparente de su manto representa su trascendencia a través de los siglos.

El segundo ángel o del centro representa al Hijo, nuevamente son los ropajes las que nos permiten descubrirlo, ya no son transparentes sino visibles, recuerda la temporalidad del Hijo del Hombre, su vida ordinaria en Nazaret y al servicio del hombre. La referencia a la encarnación, a su martirio, es señalada por la túnica roja. 

El tercer ángel representa al Espíritu Santo. Sus vestidos también son etéreos, aunque no tanto como los del Padre. Predomina el color verde signo de la esperanza que ha de habitar en todo cristian@.


El Espíritu y el Hijo miran al Padre, pero los tres sostienen báculos de mando que representan la igualdad de su dignidad. Si trazáramos una línea que señale los ojos de los tres personajes, se representaría un círculo que expresa la eternidad de Dios.

Detrás de la imagen del Padre se puede apreciar una casa, que simboliza el Templo del Antiguo Testamento, pero también nos recuerda las palabras proféticas de Jesús: "en la casa de mi Padre hay muchas moradas". Detrás del Hijo se aprecia una encina, es el árbol  del bien y del mal, ante el cual sucumbió Adán; y a la vez, el árbol de la cruz del que surgió la victoria de la Resurrección. Finalmente un tercero detalle se encuentra detrás del Espíritu Santo: un monte o cerro; una primera lectura nos recuerda al Monte Sinaí donde Moisés recibió y escribió la Ley; y simboliza también el monte de las Bienaventuranzas donde Jesús anunció la Nueva Ley. 




El Hijo eleva su mano sobre un cáliz al que consagra porque es sumo y eterno Sacerdote, en algunas representaciones, se aprecia un cordero dentro del cáliz representación del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

El cáliz se aprecia sobre una mesa u objeto de cuatro esquinas que representa a la Tierra, ¿pero la Tierra es redonda? Si, pero en el momento que el monje pintor hacia su obra se pensaba que la tierra era plana, por eso lo hace así. Pero el mensaje apunta hacia otro mensaje, el cáliz está sobre la tierra, Dios continúa bendiciendo su creación.