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domingo, 26 de octubre de 2014

Mi Virgencita escondida en San Luis Potosí



En la noche del 1 de marzo de 2009 llegué a San Luis Potosí. Con pocas pertenencias en una maleta color verde que me había acompañado en los últimos meses. No sabría definir la variedad de sentimientos que en aquel momento me embargaba el alma.  

Pronto llegó la fiesta de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre - digo pronto porque no sabría explicar la vertiginosidad con la cual el tiempo corre para aquellos que hemos salido del país sin fecha de retorno. La necesidad de rezarle y volver a cantarle aquellas serenatas famosas que hacíamos en un coche tirado por un caballo a las señoras católicas de mi pueblo de San Andrés: Elsa Parra, Lourdes Barceló, Blanquita Canales, Juliana Batista, Bertha Gutiérrez, Cachita Batista, Rosario Batista y tantas otras señoras, me llenaba de nostalgia el corazón y de lágrimas los ojos.  Las letras de Veneración, A los pies de la Virgen, Puente entre cielo y tierra y otras muchas se agolpaban en mí, mientras una especie de nostalgia me iba llenando los sentidos.

Para Semana Santa me invitaron a acompañar un campamento juvenil, de los cuales la mayoría eran consumidores de estupefacientes a las tempranas edades de 14 ó 17 años. Una noche preparando la cena (comida en Cuba) salió entre papas y tomates, el comentario sobre la presencia de una imagencita de Cachita. Medio terco no aceptaba el pequeño milagro, la Caridad en San Luis Potosí.

Templo del Sagrado Corazón de Jesús,
en San Luis Potosí, México.
  Me acerqué a la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, esquina en Galeana 403, en el centro de la ciudad de San Luis Potosí. Una joya artística, con una hermosa fachada, adornada con piedra rosa de cantera. No crean que en el nicho se  haya su imagen, no, es la Virgen de los Remedios, devoción franciscana que presidió mucho tiempo este templo. Posteriormente se dedicó al Sagrado Corazón y todo su interior es una acto devocional de la Guardia de Honor, Asociación piadosa que acompañaba y cultivaba la devoción al Corazón de Jesús. 

Puerta del templo. 

Única nave del templo.
En esta pequeña capilla lateral, se encuentra la imagen
 de la Virgen de la Caridad del Cobre.

Presbiterio del templo.

Imagen del Sagrado Corazón que preside el altar.
En una de las pequeñas naves laterales, se encuentra la imagen de Cachita, la más bella estrella que alumbra a nuestra patria.  Entre materiales de construcción, bolsas negras de basura, tras una reja, allí está nuestra Virgencita en una hornacina de madera. Lastima que he perdido mi celular y no pueda mostrarles el estado tan lastimoso de la capilla. Estas fotos las he tomado de internet, pero no expresan su actual deterioro.

Entrada a la capilla lateral, donde se halla la imagen.
Capilla lateral, en el margen derecho entre los barrotes de la reja,
 se percibe la imagen de Cachita. 

Le pregunté al sacristán el origen de la imagen y no supo darme detalles, me recomendó preguntarle al párroco, un sacerdote anciano que me regaló 5 minutos de su tiempo. Trató de contarme una y otra vez, la aparición de la Virgen de los Remedios, titular del antiguo templo, traída su imagen por fray José de Arlegui, pero nada del origen de la imagen cubana en estas tierras. Puesto que se nos acabó el tiempo, y se me despidió caritativamente, nada supe ni pude averiguar de nuestra más bella flor.

Escondida entre escombros, polvo y algo de telarañas, ella cuida a sus hijos esparcidos por el mundo.

Desde entonces, cada 8 de septiembre, me acercó a su imagen, esperando que un buen día, los cubanos y los descendientes de los cubanos que en esta ciudad residimos, le podamos venerar en un templo dedicado plenamente a ella. 
Manuel Bonet  

jueves, 24 de julio de 2014

Has venido a visitar a nuestro pueblo


Oración de Juan Pablo II al coronar a la Santísima Virgen de la Caridad del Cobre
 el sábado 24 de enero de 1998, en la plaza José Martí, de Santiago de Cuba.

 

 ¡Virgen de la Caridad del Cobre.
Patrona de Cuba!
¡Dios te salve, María, llena de gracia!
Tú eres la Hija amada del Padre,
la Madre de Cristo, nuestro Dios,
el Templo vivo del Espíritu Santo.

Llevas en tu nombre, Virgen de la Caridad,
la memoria del Dios que es Amor
el recuerdo del mandamiento nuevo de Jesús,
la evocación del Espíritu Santo:
amor derramado en nuestros corazones,
fuego de caridad enviado en Pentecostés
sobre la Iglesia,
don de la plena libertad de los hijos de Dios.

¡Bendita tú entre las mujeres
y bendito el fruto de tu vientre, Jesús!
Has venido a visitar nuestro pueblo
y has querido quedarte con nosotros
como Madre y Señora de Cuba,
a lo largo de su peregrinar
por los caminos de la historia.

Tu nombre y tu imagen están esculpidos
en la mente y en el corazón de todos los cubanos,
dentro y fuera de la Patria,
como signo de esperanza y centro de comunión fraterna.

¡Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra!
Ruega por nosotros ante tu Hijo Jesucristo,
intercede por nosotros con tu corazón maternal,
inundado de la caridad del Espíritu.

Acrecienta nuestra fe, aviva la esperanza,
aumenta y fortalece en nosotros el amor.
Ampara nuestras familias,
protege a los jóvenes y a los niños,
consuela a los que sufren.

Sé Madre de los fieles y de los pastores de la Iglesia,
modelo y estrella de la nueva evangelización.
¡Madre de la reconciliación!

Reúne a tu pueblo disperso por el mundo.
Haz de la nación cubana un hogar de hermanos y hermanas
para que este pueblo abra de par en par
su mente, su corazón y su vida a Cristo,
único Salvador y Redentor, que vive y reina con el Padre y el Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén