El Hermano Victorino era un
hombre callado, si, callado sobre sí mismo. Conocía a todos y todas las jóvenes Federadas, les
hablaba, les escribía, sin embargo, tenemos pocos escritos
autobiográficos sobre sí mismo. Una gran reserva sobre su persona supo mantener siempre. Uno de ellos, el
discurso ofrecido el 8 de diciembre de 1963 en Miami, Estados Unidos. Allí,
contó algunas cosas de aquel sábado 11 de febrero de 1928.
Tomo algunos párrafos, pues es un texto extenso donde recorre muchos momentos de su vida.
"En 1928, yo tenía ya 40 años cumplidos y por lo mismo
había adquirido bastante experiencia de los problemas de la Juventud…Se me
habían desvanecido las primeras ilusiones y veía mejor las realidades. Por otra
parte, desde hacía unos años me venía ocupando en actividades extra – escolares
de apostolado, como Catequistas voluntarios en barrios de La Habana y había
fundado la Conferencia de San Vicente de Paúl, para ex – alumnos y había
observado los frutos que se lograban con los jóvenes dedicados a un apostolado
activo y unidos por un ideal.
Sin embargo, como otros muchos,
veníamos lamentando la poca perseverancia de los jóvenes salidos de los
Colegios Católicos en general y me parecía que estábamos “arando en el mar”
como vulgarmente se dice…Las iglesias se hallaban vacías de hombres y por lo
tanto alejados de los Sacramentos. Dominaba el respeto humano y la mayoría de
los pocos que se confesaban, lo
hacía en la Sacristía, por temor al que dirán.
Todo esto daba lugar a
reflexiones, cambios de impresiones, proyectos, cuando aquel mismo año se
celebró en la Universidad de la Habana, un Congreso Estudiantil en donde fue
especialmente atacada la religión católica y el clero… De los centenares de
estudiantes católicos presentes, sólo uno tuvo el valor de defender sus
creencias…y lo hizo más bien por política, ya que él mismo no practicaba.
Entonces pensé: “Ya que las
deserciones se deben especialmente al respeto humano, o sea al miedo…¿Por qué
no unimos a los jóvenes católicos para que así, se sientan más decididos y más
fuerte?... porque siempre será verdad que “la unión hace la fuerza”.
Me puse en contacto con jóvenes ex – alumnos de
las principales Instituciones docentes católicas, exponiéndoles mi plan de
unión; todos aceptaron y ofrecieron su cooperación inmediata. Pronto fue
designada una Comisión de tres jóvenes abogados para que redactaran los
proyectos de Bases y Estatutos de una Federación. (…)
La fecha del 11 de Febrero,
fiesta de N. Sra. de Lourdes, no
fue previamente escogida; fue casual o más bien providencial. … El 11 de
Febrero de 1961 fue precisamente cuando los Comunistas declararon guerra
abierta a las Juventudes católicas, en el mismo lugar donde se había fundado 35
años antes, en igual fecha, lo que hizo exclamar a uno de nuestros Prelados:
“Aquello fue para ESTO”…….