lunes, 10 de agosto de 2015

Madre del Vaticano II nacida en Cuba

El Concilio Vaticano II fue un don del Espíritu Santo a la Iglesia. En la segunda sesión del mismo, el 22 de octubre  de 1963, el cardenal Leo Josef Suenens, Arzobispo de Bruselas, habló de los laicos. Se refirió a los dondes de gracia y carismas otorgados a ellos y luego hizo referencia particular a los carismas presentes en las mujeres;  hizo un llamado a que se incrementara el número de auditores laicos para incluir también a mujeres “que constituyen la mitad de la humanidad.




El 8 de septiembre de 1964, Pablo VI comunicaba a un grupo de religiosas “Hemos dado disposiciones para que también algunas mujeres calificadas y devotas asistan, como Auditoras, a muchos de los ritos solemnes y muchas de las congregaciones generales de la próxima Tercera Sesión…. diríamos  que a aquellas Congregaciones donde las cuestiones que se discutan puedan interesar particularmente a la vida de la mujer". Finalmente participaron en todas el resto de la tercera y cuarta sesión del Concilio, con gran participación en el documento sobre los laicos y la elaboración de la Gaudium et Spes. 

El periódico ABC el 17 de noviembre de 1965, publicaba un artículo titulado: UNA CORUÑESA EN EL CONCILIO, del cual publicaré algunos datos que me llamaron la atención ciertamente, sobre todo por el origen cubano de una de las Madres auditoras del Vaticano II. 

M. Cristina Estrada, auditora del Vaticano II


LA MADRE CRISTINA ESTRADA, AUDITORA EN EL VATICANO II

 Fue en septiembre de 1964 cuando las agencias difundieron la noticia de que Su Santidad el Papa se había dignado dar paso a la mujer en las tareas del Concilio Vaticano II y nombrar a quince auditoras, procedentes de nueve naciones; ocho de ellas, religiosas, seglares, las restantes. Y entre todas, dos españolas: doña Pilar Bellosillo, presidenta de la Unión Mundial de Organizaciones de Mujeres Católicas, y la madre Estrada, superiora general de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús.
De la meritísima personalidad de doña Pilar Bellosillo dio cuenta la Prensa madrileña; de la singular figura de la madre Estrada, nada especial dijeron los periódicos gallegos…
Porque la madre Estrada, es gallega. De lo que mucho ella se aprecia; como también de ser coruñesa, no obstante su accidental cuna habanera. Pues la muy reverenda madre Cristina Estrada Carreras – Presas, que nació en la capital de la Cuba entonces española el 29 de abril de 1891, fue traída tan sólo cuarenta días después a La Coruña.
En el cristianísimo hogar del matrimonio formado por Don Félix Catoyra, médico militar, y doña Cristina Carreras – Presas, primero en la rúa Nueva, después en la plaza de Azcárraga, más adelante en la calle de Juana de Vega, discurrió su infancia. Su colegio fue el de las Madres Terciarias, en la calle de Rubine, y, siguiendo las vicisitudes administrativas del padre, residió también en Segovia y en Alicante.

ESCLAVA DEL DIVINO CORAZÓN

Llamada por Dios a ser su sierva fidelísima, siendo joven de veintitrés años ingresó en el Instituto de las RR. MM. Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, en Gandía, donde, al cabo de los años, el 8 de septiembre de 1916 (pronto, sus “Bodas de Oro”) hizo la profesión temporal.
Quede la trayectoria de su vocación, y su fecundo servicio al Corazón Divino escuetamente señalada por estos cargos y estas fechas: prefecta del Colegio de Cádiz, superiora del Colegio de Barcelona, provincial de la provincia de Barcelona, instructora de tercera probación en la Casa Generalicia de Roma (1930). Y el 9 de mayo de 1932, a los cuarenta y un años de edad, el alto designio de superiora general del Instituto. Desde entonces, por añadidura, presidenta de la Unión de Superioras Mayores de Italia y, a continuación, presidenta de la Federación Italiana de Religiosas Educadoras. Un trienio en cada cargo. Y en 1964, la enaltecedora exaltación pontificia: Auditora del Concilio Vaticano II entre sólo quince mujeres de toda la cristiandad.
Y de 1914 a 1965, un colmado y fecundo medio siglo de apostolado y magisterio, a lo largo del cual no dejó de realizar algunas visitas a La Coruña: las últimas, en 1939 y en 1957, siendo ya madre general del Instituto.
Y en su pueblo apenas si la familia lo sabía.

LA MADRE CONCILIAR

De la madre Estrada escribió, no hace mucho, privadamente, persona de la familia: “Es de mediana estatura, muy activa e incansable; sencilla, dulce y, sobre todo, muy humilde. A pesar de las muchas ocupaciones de su cargo, escribe con frecuencia a su familia y la recuerda constantemente”.
Y en los primeros días de su dignidad conciliar, una madre de la misma Casa Generalicia, en Roma, notificó a la hermana residente en La Coruña.
“Le voy a contar su “plan” de cada día. Oye con nosotras, en casa, la misa de comunidad, pero sin comulgar en ella; pues lo hace luego en la misa conciliar. Toma algo líquido, calientito, después hace una adoración y … allá se va para San pedro. La acompañan dos madres, y, al terminar, la van a buscar otras dos, honor muy disputado y apetecido. Lleva en una cajita diminuta unos “bocaditos” para engañar el estómago, pues la mañana se le haría muy larga, y, a pesar de este alivio, que apenas se puede llamar así, llega con cara lánguida y cansada, pero feliz ella y nosotras.”
Y por iguales días, la propia madre Estrada, en carta manuscrita a su hermana confió:
“Es verdaderamente impresionante estar en la basílica de San pedro con tantos cardenales y obispos; yo me siento allí como una hormiga, pero con mucha devoción y amor a la Santa Iglesia. ¡Pobres los que no la conocen! Hemos de pedir por ellos.”


Manuel Bonet


sábado, 8 de agosto de 2015

Una escolapia mártir que trabajo en Cuba

Su muerte impactó a los milicianos. Herida de muerte, la confesión del martirio ¡Viva Cristo Rey!.  Su último gesto fue comentado por aquellos que le quitaron la vida.
La Beata María Luisa de Jesús Girón Romera, es testigo de la escuela escolapia en Cuba.



Beata María Luisa de Jesús Girón Romera

Nació: el 25 de agosto de 1887 en Bujalance, Córdoba, España.
Martirizada: 8 de agosto de 1936 en Valencia, España.
Beatificación: 11 de marzo de 2001 por S. Juan Pablo II.

Nací el 25 de agosto de 1887 fiesta litúrgica de mi querido San José de Calasanz, padre de las escuelas pías, pero eso lo sabría después, vale. Era la primogénita de la familia, cuatro niñas y claro, un niño a quien todas las hermanas queríamos como si fuera nuestro.  Mis padres trabajaban y poseían una posición económicamente  regular, quizás con algunas estrecheces pero en casa nos queríamos todos.

En 1891 ingresé como alumna externa en el colegio escolapio de la  ciudad.  Las religiosas  habían sido en su mayoría novicias de Madre Paula. ¿Qué quién es Madre Paula? Pues nada más y nada menos que la fundadora de las escolapias, religiosas al estilo de San José de Calasanz.  En el colegio sentía que me crecían alas, sobre todo en piedad y letras.  Allí conocí a Cristo, y pronto, pude acompañarle a la mesa eucarística.  No había asociación escolar escolapia donde no metiera mis narices.


Santa Paula Montal

Cuando salí del colegio, me enamoré de un chico que buscaba más fama y dinero que amores. Cuando supo que en casa no guardábamos  monedas a raudales, me dijo adiós. Algo en mi se quebró dentro, pero saben, Dios se vale de todo. Aquel amor primero ante el sagrario, vino a rondarme nuevamente y se valió de aquel rompimiento.

Mi corazón se sentía engañado y tampoco quería esconderme en un convento porque si.  Hubo tiempo para llorar y para discernir, al final, venció la gracia y solicité ingresar entre las religiosas del colegio. Quería ser escolapia.

Las religiosas me aconsejaron pasar algún tiempo en el colegio de Córdoba y medir mis fuerzas.  Allí pude decir junto al profeta: “Tú me has seducido y yo me dejé seducir…”. En el otoño  de 1915, el 21 de noviembre, ingresé en el noviciado de Carabanchel.

El 19 de marzo de 1916, tomé el hábito escolapio con el nombre de Sor María Luisa de Jesús.  El noviciado es un tiempo “fuerte” para descubrir el seguimiento de Jesús de Nazaret al estilo de San José de Calasanz y Madre Paula Montal. Tiempo de medir las fuerzas ante un estilo de vida basado en la pobreza, la obediencia y la castidad, a lo que se sumaba la vida escolapia: Piedad y Letras.  Al termino del mismo, el 31 de marzo de 1918, Pascua de Resurrección, emití mis Votos Perpetuos.

Bueno, después del Noviciado vienen los Votos Simples o Temporales, pero según nuestras Constituciones en aquellas calendas, a mí me tocaron Perpetuos. Claro eso se termino ese mismo año y todas las que vinieron después de mí hicieron Votos Temporales.

Me destinaron al colegio de Carabanchel entre marzo de 1918 y septiembre de 1919, después a Valencia  de septiembre a junio de 1920 y de allí, brinqué a  Cuba, donde recientemente se había inaugurado la presencia escolapia.

Mi obediencia decía Cárdenas, pero al llegar a La Habana, me destinaron al colegio de Nuestra Señora del Buen Consejo (1920 – 1929) en esta última ciudad.  Mi primera mesa para la clase de Lengua española, había sido un cajón de los usados para envases de latas de leche condensada y el aula, una pequeña azotea.  A las clases sumaba la preparación de los grupos de Hijas de María, Santa Infancia, Propagación de la fe y más tarde, la Acción Católica en sus inicios.  Al terminar el curso de 1929 me dieron nueva obediencia, ahora al colegio de Guanajay.  Era el primer colegio escolapio en Cuba y de allí salían muy bien formadas nuestras alumnas. Me empeñé en que nuestras maestras tuvieran sus títulos de magisterio para que dieran honor a nuestro lema: Piedad y Letras.   En 1931, la situación política del país sufrió un verdadero sismo, pero en medio de la inquietud mantuvimos nuestra presencia escolapia. En aquellos días, leía la vida del P. Miguel Pro, s. j., que me infundía fortaleza y animaba a otras hermanas a leerlo.  En 1934 cuando me disponía a validar mis estudios en La Habana, la obediencia me destinó a Valencia nuevamente.

Beatas Mártires Escolapias.

Después de las fiestas de la Asunción, me encaminé al puerto para embarcar rumbo a España. Al regreso, pude abrazar a mi madre y hermanos en el colegio de Córdoba. En octubre volví a las clases, pocas primero, pero tras las vacaciones de Navidad, volví a tomar todas las horas.

En Valencia, conocí los nuevos horrores de la República. Serena y jovial en medio de las incertidumbres, el 19 de julio de 1936 tuve que abandonar precipitadamente el colegio para refugiarme en el piso de la calle de San Vicente que habíamos preparado en caso de necesitarse.  Al piso me llevé la vida del P. Miguel Pro que leía y releía. 


El 8 de agosto de 1936,  al amanecer interrumpieron violentamente los milicianos, con la falsa acusación de que habíamos sido denunciadas y debíamos ir a declarar al Gobierno civil.  Salimos M. María Baldillou, M. Presentación Gallén, M. Carmen Gómez, M. Clemencia Riba y una servidora.  Nos condujeron a las playas del Saler. Con algunas de ellas había coincidido en el colegio en 1919. Ahora el Señor nos hacía coincidir nuevamente en el martirio.  Herida de muerte, levanté la cabeza para perdonen a aquellos que nos quitaban la vida, aún grité con fuerza ¡Viva Cristo Rey!

Manuel Bonet 

sábado, 11 de julio de 2015

Bajo la sonrisa de la Virgen de Lourdes

Ningún Hermano Lasallista escapa a la sombra materna de María Santísima. En cualquier país y colegio, se reza, se invoca, se canta, se escribe a María, Madre de Jesús.  El Hermano Victorino rezaba a María en su título de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, pero en su corazón, guardaba un amor especial por la Virgencita de Lourdes que le recordaba al hogar materno.

El sábado 11 de febrero de 1928, el Espíritu de Dios le esperaba, en la celebración de María de Lourdes. El mismo Victorino dirá que no fue casualidad sino providencial, la fundación de la Federación de Jóvenes de Acción Católica ese día.

En el lejano febrero de 1940 el Hermano Victorino escribía en la revista Juventud Católica Cubana:

“Nació el 11 de febrero de 1928, iluminada por la celestial sonrisa de la Virgen Inmaculada de Lourdes. El mismo día, al bautizarla en la fe y sumisión a la Iglesia Católica, fue llamada FEDERACIÓN,  para que su nombre señalara su objeto y su noble misión de unir y coordinar…
Ella venía al mundo con una estrella al frente y una cruz sobre el corazón: emblemas de su ideal. En su primer cumpleaños, la bendijo el Vicario de Cristo en la tierra y le dijo: “Sempre piú, sempre migliore”.
Mientras sus tiernos años se mecían entre las rosas celestiales de su excelsa Patrona, la angelical Teresita del Niño Jesús, bajo el cielo puro y radiante de la Patria cubana, los tímidos murmuraban: “¿Qué será de ella?” Y los pesimistas afirmaban: “Pronto morirá, porque el ambiente no la favorece…” y le concedían plazos más o menos largos de vida.
Y crecía en el silencio, casi ignorada, a veces incomprendida, conociendo la amargura de las lágrimas y las decepciones…Pero Dios la protegía y un grupo selecto de jóvenes la sostenía con entusiasmo y amor.
A medida que iba creciendo en años, se desarrollaban sus fuerzas y aumentaba su lozanía… “

Cuando otro 11 de febrero pero de 1947 se le dio la Orden Carlos Manuel de Céspedes, en el acto homenaje que se le ofreció  “dijo que lo había iluminado la Santísima Virgen María y que él confiaba mucho en el éxito de la Federación, porque la juventud lo puede todo con su entusiasmo y su fe”.

Cada 11 de febrero, fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, el Señor le premiará con un nuevo detalle, una nueva gracia.


Bajo su mirada nació la Federación de las Juventudes de Acción Católica, bajo su mirada deseaba descansar eternamente el Hermano Victorino, bajo su mirada recemos con fe para verle pronto en los altares.  
Manuel Bonet

Lo cuenta el Hermano Victorino

El Hermano Victorino era un hombre callado, si, callado sobre sí mismo. Conocía a todos y todas las jóvenes Federadas, les hablaba, les escribía, sin embargo, tenemos pocos escritos autobiográficos sobre sí mismo.  Una gran reserva sobre su persona supo mantener siempre. Uno de ellos, el discurso ofrecido el 8 de diciembre de 1963 en Miami, Estados Unidos. Allí, contó algunas cosas de aquel sábado 11 de febrero de 1928. 

Tomo algunos párrafos, pues es un texto extenso donde recorre muchos momentos de su vida.

"En 1928, yo tenía  ya 40 años cumplidos y por lo mismo había adquirido bastante experiencia de los problemas de la Juventud…Se me habían desvanecido las primeras ilusiones y veía mejor las realidades. Por otra parte, desde hacía unos años me venía ocupando en actividades extra – escolares de apostolado, como Catequistas voluntarios en barrios de La Habana y había fundado la Conferencia de San Vicente de Paúl, para ex – alumnos y había observado los frutos que se lograban con los jóvenes dedicados a un apostolado activo y unidos por un ideal.

Sin embargo, como otros muchos, veníamos lamentando la poca perseverancia de los jóvenes salidos de los Colegios Católicos en general y me parecía que estábamos “arando en el mar” como vulgarmente se dice…Las iglesias se hallaban vacías de hombres y por lo tanto alejados de los Sacramentos. Dominaba el respeto humano y la mayoría de los pocos que  se confesaban, lo hacía en la Sacristía, por temor al que dirán.

Todo esto daba lugar a reflexiones, cambios de impresiones, proyectos, cuando aquel mismo año se celebró en la Universidad de la Habana, un Congreso Estudiantil en donde fue especialmente atacada la religión católica y el clero… De los centenares de estudiantes católicos presentes, sólo uno tuvo el valor de defender sus creencias…y lo hizo más bien por política, ya que  él mismo no practicaba.

Entonces pensé: “Ya que las deserciones se deben especialmente al respeto humano, o sea al miedo…¿Por qué no unimos a los jóvenes católicos para que así, se sientan más decididos y más fuerte?... porque siempre será verdad que “la unión hace la fuerza”.

Me puse  en contacto con jóvenes ex – alumnos de las principales Instituciones docentes católicas, exponiéndoles mi plan de unión; todos aceptaron y ofrecieron su cooperación inmediata. Pronto fue designada una Comisión de tres jóvenes abogados para que redactaran los proyectos de Bases y Estatutos de una Federación. (…)

La fecha del 11 de Febrero, fiesta de  N. Sra. de Lourdes, no fue previamente escogida; fue casual o más bien providencial. … El 11 de Febrero de 1961 fue precisamente cuando los Comunistas declararon guerra abierta a las Juventudes católicas, en el mismo lugar donde se había fundado 35 años antes, en igual fecha, lo que hizo exclamar a uno de nuestros Prelados: “Aquello fue para ESTO”…….


Un viejo conocido

Hoy les comparto dos notas periodísticas aparecidas en el Diario de la Marina en abril y junio de 1947 relacionados con San Pío de Pieltrecina, un viejo conocido probablemente para quienes leían la Sección Católica. 

No soy devoto del mismo, pero me llamo mucha la atención encontrar estas dos notas sobre él en la prensa cubana. 

Convertido por el Fraile Estigmatizado italiano

CUMBERLAND. Maryland, julio (NC). – Roderick Paul  Naef, veterano de la segunda guerra mundial que ha entrado en el noviciado de los padres capuchinos aquí, atribuye su conversión al catolicismo y su decisión de seguir la vida monástica a la influencia que ejerció sobre él el padre Pío, fraile capuchino italiano que porta, impresas en sus extremidades y costado, las llagas del Salvador.  Naef sostuvo varias entrevistas durante su permanencia en Italia, desde febrero de 1942 a diciembre de 1945, con el fraile estigmatizado.

Diario de la Marina. – sábado, 12 de julio de 1947.



Un fraile estigmatizado guía espiritual de soldados estadounidenses.

WASHINGTON, abril, (NC).- La Semana Santa traerá a las mentes de muchos soldados estadounidenses la imagen del Padre Pío, un fraile capuchino italiano, conocido como el “calvario viviente”, porque desde hace veintiocho años lleva impresas en su cuerpo las llagas de Nuestro Señor Jesucristo, comenta el señor William M. Carrigan, quien durante su estadía en Italia como miembro de la Cruz Roja dirigió muchas peregrinaciones al monasterio donde reside el humilde religioso.
Un sitio muy pintoresco, reducto montañoso próximo a San Giovanni Rotondo, sirve de emplazamiento al convento en que mora el Padre Pío, quien “puede llevar a cabo todos los deberes, a pesar de la vida de sufrimiento que padece”, dice el Señor Carrigan. “Todos los días celebra el Santo Sacrificio, atiende numerosas confesiones y ofrece sus consejos a innumerables personas que van allí en busca de consuelo”.
Muchos de nuestros soldados experimentaron cambios altamente beneficios por su trato con el fraile estigmatizado, y algunos encontraron allí su verdadera vocación, que en varios casos fue la religiosa, continua explicando el informante, quien ha donado a la librería del Congreso un libro del doctor Georgio Fests, que contiene textos de informes científicos oficiales referentes a los estigmas que porta en sus manos, pies y costado el sencillo fraile.

Diario de la marina, 9 de abril de 1947: 10

martes, 7 de julio de 2015

Hno Victorino: en las raíces de las Juventudes Federadas Cubanas

Desde mayo no subía ninguna entrada sobre el Hermano Victorino, y no es que no tuviera material para dar continuidad a su vida y obra sino que me faltaba tiempo.

Hay una tendencia en muchos biógrafos en presentar hechos que marcan la vida de grandes personajes como si de la nada pudieran hacer surgir las cosas, cuando es un de "compromiso en compromiso" que estas se van dando. En manos del Hermano Victorino surgió poco a poco la Federación de Juventudes de Acción Católica y probablemente haya más nombres de sacerdotes, religiosos y religiosas que se empeñaron en que aquella frágil planta diera tantos frutos de santidad. si, de santidad, matrimonios coherentes, de sacerdotes y religiosas fieles, a esos me refiero.  



El origen de la Federación de las Juventudes de Acción Católica como bien ha podido investigar la Srita. Teresa Fernández Soneira tuvo un largo proceso de génesis que se esconde en el callado hacer y ser de la Juventud Antoniana de La Habana (1916 – 1920), la Asociación de Jóvenes Católicos del P. Serra, s.j. (1920 – 1925); el Club Católico Universitario (1926) que se enfrenta  al Primer Congreso Nacional de Estudiantes de La Habana (1926) que manifiesta el escondido sentir de alguna parte de nuestra juventud con los ideales comunistas expresados por Mella y que coinciden con el anticlericalismo de estos años en casi toda Latinoamérica.

Ante la necesidad de dar seguimiento a los exalumnos de los colegios, que al abandonar sus muros por los amplios salones universitarios perdían o escondían su fe, el Hno. Victorino como otros jóvenes perciben el deseo de unificarse bajo una federación.

El 24 de enero de 1926 en el Colegio del Vedado surge la “Fraternidad de La Salle” tras muchos intentos de agrupación para los Antiguos Alumnos. La directiva quedo conformada por Rafael Garteiz, Presidente; José Luis de Cubas, Vice – Presidente; luis Martínez Alcover, Secretario; Francisco Fernández como Vice – Tesorero. Asistieron como delegados del colegio los HH. Edmundo y Victorino, fundadores de la obra lasallista en Cuba. Inicialmente se llegaron a registrar 219 Antiguos Alumnos.  Sin embargo pocos asistían a las conferencias formativas al parecer y al cabo de dos años, prácticamente era una perdida de tiempo dar seguimiento a aquel grupo de exalumnos que ni siquiera se reunían.  En el Boletín 1905 de los Antiguos Alumnos de La Salle se puede leer al respecto: “desde el 13 de octubre de 1926 hasta diciembre de 1927, la Federación de A. de A.A. de La Salle, estuvo en una inactividad completa, y de esta misma inactividad nació la idea de la Federación de la Juventud Católica Cubana. Estando ya en preparación ésta, se procedió a disolver la Federación…”.

El 17 de octubre de este año, el Santo Padre Pío XI, beatificó al Hno. Salomón Leclerq junto a otros 190 compañeros mártires durante la Revolución francesa.  Como representante del Distrito Antillas fue enviado el Hno. Victorino. ¿Influyó su temporal ausencia en el ánimo de los Antiguos Alumnos?

Mientras tanto el Club Católico Cubano continuó promoviendo y efectuando reuniones periódicas con la finalidad de encontrar una respuesta a las necesidades de la juventud católica cubana de aquella época.

El 22 de enero de 1928 este grupo juvenil convoca una reunión de Asociación de Antiguos Alumnos de Colegios Católicos para el día 30 de este mes. Ese día se formó la Junta Provisional de la Federación de Juventud Católica Cubana.  Su presidente, Sr. Jorge Hyatt convocó para el 11 de febrero de 1928 en el Colegio de La Salle del Vedado la próxima junta. 

No podemos dejar de mencionar que todo aquel movimiento juvenil era seguido de cerca por Mons. Manuel Ruiz, Obispo de La Habana que veía como la semilla era echada una y otra vez al voleo por el sembrador, una cayó en el camino, otra entre rocas,  un poco más al borde del camino y pronto, un gran puñado caería en tierra buena.


Manuel Bonet

jueves, 7 de mayo de 2015

Mártires escolapios testigos en Cuba

La Obra Escolapia cuenta en Cuba con numerosos testigos, el primero es el Beato Faustino de la Encarnación Míguez, fundador del Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora, que en Guanabacoa aprendió el arte de la medicina natural aprovechando cuanto remedio casero diese sentido a la ciencia farmacéutica.  



No podemos negar a los numerosos mártires escolapios de la Guerra Civil Española. Inicialmente se eligieron a algunos religiosos para introducir la causa del P. Dionisio Pamplona y XII compañeros esculapios mártires que incluía a eminentes profesores, misioneros y religiosos que vivieron a cabalidad el lema escolapio de Piedad y Letras. Este primer grupo fueron beatificados por S. Juan Pablo II, el 1 de octubre de 1995. 

Dionisio Pamplona y XII compañeros mártires


Recientemente se ha instruido la causa formada por el P. Clemente Martínez y LXVI compañeros mártires.  En la obra de Teresa Fernández Soneira, La educación católica en Cuba he encontrado la larga lista de escolapios que trabajaron en Cuba y dieron testimonio de su fe en España en los años de persecución del siglo pasado. 

Aquí presentó la lista de mártires, ojalá alguien pudiera dar informes de alguno de ellos, para enriquecer el documento que se presentará ante Roma para tramitar su beatificación como testigos, mártires de su Fe:

  1.  Prudencio Soler de la V. De Montserrat
  2.  Enrique Bou de la V. De Montserrat
  3. Alberto Galiano de la V. Del Carmen
  4.  Juan José Gasulla de la Sgda. Familia
  5. Ignacio Lorente de San José
  6. Pedro Mestres de Ntra. Sra. de Lourdes
  7. Esteban Portell de la V. De Montserrat
  8. Isaac Salvet del P. Corazón de María
  9.  Martín Sitjá de San José de Calasanz
  10. Pablo Durán de San Ignacio
  11. Francisco Farreny del Smo Cristo de Balaguer
  12. Andrés Camats del Smo. Cristo de Balaguer
  13.  Pompilio Paré de San Pedro
  14.  Miguel Soy de la V. De los Dolores
  15.  Marcelino Forcada de la V. Del Carmen
  16.  Rogelio Font de la V. De las Escuelas Pías
  17.  Jaime Bisbal del Corazón de Jesús
  18. Domingo Llonch del Corazón de Jesús
  19. Pedro Figueras de la V. Del Carmen
  20. Francisco Mayoral del Corazón de Jesús

San José de Calasanz

Ellos forman parte de los 204 escolapios  que cayeron mártires entre 1936 y 1939, no sabría decir si alguno de ellos forma parte de la nueva causa, pero dan testimonio de su fe e interceden por sus alumnos desde el cielo. 

Manuel Bonet