jueves, 6 de noviembre de 2014

Hermano Victorino: en medio de una encrucijada

El Pensionado de Nuestra Señora de France, en Le Puy, se abre bajo la sombra de la imagen de María Santísima, gracias a la intervención del Hno. Paulino (Philippe Combes 1810 – 1871).Verán, siendo Director de La Chaussade en 1850 propone al Hno.  Felipe, Superior General, contribuir a la construcción de la estatua de Nuestra Señora de Francia, pidiendo un centavo a cada uno de los 300 000 alumnos de los Hermanos en aquel país, pagando así el pedestal de la estatua que tiene sabor lasallista. El Hno. Felipe lo pensó, lo consultó y al final, accedió. Aquella imagen de María Santísima se levanta sobre piedras lasallistas. Nombrado Visitador entre los años 1851 y 1860, su primer obra lasallista se levantaría a su sombra.

Cuando el Hno. Nymphas Victorin llega al Pensionado de Nuestra Señora de Francia, es director el Hno. Altigien – Louis (Théodore Vallés 1846 – 1912), como lo han sido los últimos Visitadores de Haute Loire. Sin embargo, delega sus funciones de Director en el H. Nicet Ernest, desde 1897, vivirá la secularización y mantendrá a toda costa la obra lasallista.  La comunidad lasallista cuenta con 30 Hermanos que dan lo mejor de sí. Le destinan a la clase de los pequeños. Para él, ha llegado la hora de poner en práctica lo aprendido durante estos años de formación.

En julio de este año, obtiene el título de Maestro Normalista, él mismo lo recordará casi sesenta años después: “A los 19 años obtuve el título de Maestro Normalista, y empecé mis primeros ensayos en la enseñanza con un grupo de pequeños” (Cfr. P. 25)    

En septiembre su comunidad recibe a numerosos Hermanos que vienen a realizar el retiro anual. Asiste el H. Visitador, H. Exupérien, que en medio de las dificultades escolares que presenta el Ministro Combes contra las congregaciones educativas, invita a los Hermanos a “secularizarse” para mantener las obras lasallistas de los Distritos de París  y el Haute Loire. 

Nuestra Señora de Francia, en Le Puy. 

Gracias a Rigault podemos documentar esta decisión tan difícil de entender: "En una noticia conservada en los archivos del distrito del Puy que relata la carrera del Hermano Visitador Altigien-Louis, está escrito: “Más de un Hermano sintió cierta sorpresa ante la actitud del santo Hermano Exupérien y su piadoso colaborador, el Hno. Altigien: ambos, ejemplares vivos de la Regla y en quienes el espíritu del Instituto se encontraba como encarnado, fueron partidarios de la secularización, sobre todo para los individuos de Haute-Loire y de la Lozère… Consideraban que la formación impartida por la congregación a sus miembros, había debido colocarlos a la altura de la prueba”.


El Hermano Asistente acudió al Puy durante el verano de 1904: “Nos predicó la confianza, dice el Hermano Aimable-Joseph, nos instó a conservar la fidelidad a nuestra vocación, aunque tuviéramos que secularizarnos para salvar las escuelas”. (Cfr. Rigault, Georges. Les temps de la "secularisation" 1904 - 1914, Maison généralice FSC ("Etudes Lasalliennes", 1), Rome, 1901)



En cualquier caso, el "secularizarse" tenía una connotación terrible: oficialmente rompieron todos los lazos con sus congregaciones; éstas les remitieron una carta de secularización y borraron sus nombres de los registros, en previsión de controles policiacos o inspecciones judiciales. fueron censados como peronas que habían renunciado a sus compromisos canónicos, es decir, a sus votos, a la vida común y al hábito religioso. En la realidad, sin embargo, conservaron la relación con sus congregaciones, practicando una verdadera "cultura de la clandestinidad" (por no decir de la resistencia), llevando una especie de doble vida: "monsieur" o "mademoiselle" en la ciudad, "hermano", "hermana" o "sor" en su fueron interno y en el trato que pudieron mantener con sus institutos. (Cfr. Cabanel, Patrick.  Panorámica general del exilio congregacionista, AHlg 14 (2005) 97 - 108). Algunos Hermanos reconocerían que gracias al H. Exupérien se salvó la obra lasallista en Francia, aunque en su momento no se entendía la situación de los Hermanos "secularizados"  

No me imagino cómo cayó la propuesta para los Hermanos. En el caso del H. Nymphas Victorin, ya sabemos su respuesta. Le busca y solicita salir del país a cualquier destino misionero. Le escucha y no le dan una respuesta inmediata. Habrá que esperar.


Al terminar el retiro anual, el 8 de septiembre de 1903 emite sus primeros votos como religioso Lasallista, que para él, tienen sabor de eternidad.

El 7 de julio  se votaba y promulgaba la Ley de supresión de las congregaciones religiosas del Ministro Combes. Tras la votación de la ley, los Hermanos de La Salle como otras congregaciones e institutos de apostolado educativo, veían imposible la realización de su labor educativa en su tierra natal. Los Superiores Mayores presentaron a los 10 651 Hermanos la posibilidad de:

  • Partir al exterior, hacia el destierro.
  • Permanecer en Francia, aparentemente “secularizados”
  • Salida voluntaria de la Congregación.
  • Los Hermanos ancianos podían permanecer en Francia.


Para los que decidieron marcharse y vivir en otras tierras su vocación de religiosos educadores los Superiores Mayores estudiaban las ofertas de fundación que se realizaban de distintos puntos del planeta.

Mientras tanto, su hermano Pierre (1888 – 1975) ha ingresado en el Noviciado Menor de St. Claude el 19 de marzo de 1902. Ingresa en el Noviciado de Besancon el 1º de julio de  1904, su Visitador, el Hno. Reticius, Asistente a la vez, empuja a los Hermanos jóvenes hacia el Canadá. El 23 de julio  toma el hábito y parte al Canadá al día siguiente.  El joven Hno. Rolland – Arsene es enviado a Maisonneuve, cerca de Montreal  a terminar su noviciado.

En enero de 1904, el Hno. Nymphas Victorin solicita por escrito la salida del país,  no desea secularizarse sino ser fiel al Señor por el resto de su vida. 

Figura de San Juan B. de La Salle en el Vaticano.

Paradójicamente el 27 de octubre, en presencia del cardenal Merry del Val, se colocaba en uno de los nichos interiores de San Pedro del Vaticano, una estatua de San Juan Bautista de La Salle, obra de Aureli. 

Manuel Bonet

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