martes, 4 de abril de 2017

El Hno. Victorino sigue haciendo lio

       Hace como dos meses no escribo en este espacio, no por falta de tema, que se sobran para dar a conocer a esos numerosos testigos que cruzaron de un extremo a otro a nuestra Cuba, sino porque últimamente he estado muy ocupado en el trabajo.

       En el pasado 2016, diferentes medios de comunicación cubrieron la presentación de la Positio super virtutibus del estimado Hno. Victorino de La Salle, en Miamo y San Juan de Puerto Rico.

          El Hno. Victorino sigue haciendo lío, ahora en la Santa Sede.


Con el No. 2279 se identifica el proceso de canonización del Hno. Nymphas Victorin Arnaud Pagés (1885 - 1966), en la Congregación para las Causas de los Santos, en Roma. 
Después del 16 de abril del 2016, una nueva pagina se escribió en el Iter de su causa, con la presentación de la Positio - un extenso compendio de su obra y sus virtudes - como muchos conocemos.
        El próximo 18 de noviembre del 2018, se hará el congreso para el estudio sobre la Positio de nuestro Vitico.

         Apropiándome de una frase de Teresita Soneira, "el Hermano Victorino... que es un Hermano de los buenos" puede que pronto se le dé el título de Venenrable. ¿En qué podemos ayudar? Sigamos rezando para el Espíritu ilumine a los teólogos y Cardenales que intervendrán en este momento histórico y sancionen su causa de manera positiva.

       Así que echémosle ganas y pongámonos a rezar.
El Hno. Rodolfo Meoli, Postulador general de los FSC presenta la Positio en Miami.

martes, 10 de enero de 2017

Un futuro cardenal del siglo XIX, en la historia de Cuba


En Quintana del Pidio, provincia de Burgos nací un 18 de junio de 1833. Hijo de Ambrosio Sancha y Baltasara Hervás.  Ante una muerte pronta, un vecino del pueblo con el “agua del socorro”, le robó al párroco el privilegio del bautismo.
Mi herencia fueron los callos en las manos de mis padres pues siempre fuimos campesinos pobres sin hacienda ni propiedades.
Beato Ciriaco María Sancha y Hervás.
Tapiz de la beatificación.
Algo descubrió mi padre en mi que me permitió tomar clases de latín y de gramática, lo que me permitió con la ayuda del párroco ingresar en el Seminario de Santo Domingo de Guzmán en Burgo de Osma (Soria). Por mis resultados y mis actitudes obtuve una beca que me permitió ampliar los estudios sacerdotales. El 27 de febrero de 1858 fui ordenado sacerdote.  Aún recuerdo las palabras del celebrante y el óleo oloroso en mis manos, lo rápido que se agita el corazón cuando las manos de los presbítero se imponían en mi cabeza, junto a una gran certeza: “portas un tesoro en una vasija de barro”.
En septiembre de 1861 obtuve el título de licenciado en teología en el Seminario Pontificio de Salamanca y al año siguiente dejé España, y partí como Secretario de Mons. Primo Calvo Lópe, nuevo Arzobispo Santiago de Cuba.

Anillo y pectoral del Beato Ciriaco María Sancha.
http://www.architoledo.org/centenario_sancha_blanco/exhumacion_sancha/slides/006.html 
En 1868 en Cuba estalla la Guerra del 68: los criollos buscaban independizarse del gobierno español. El caos, la proliferación de enfermedades tropicales, la falta de alimentos y el aumento de heridos de ambos bandos, me impulsó a buscar una respuesta a aquel contexto de misericordia. Dios que va escribiendo derecho en renglones torcidos, me permitió conocer a través de la reconciliación y la dirección espiritual a un grupo de señoritas que se convirtieron en la semilla de las Hermanas de los pobres inválidos y niños pobres, hoy Hermanas de la caridad del Cardenal Sancha.
En este período fui nombrado Vicario capitular sede plena, y viví el cisma de la Iglesia de Santiago de Cuba cuando el gobierno español nombró Arzobispo a un sacerdote sin contar con la Santa Sede. Aquella situación me condujo a la cárcel y al destierro entre octubre de 1872 y abril de 1874. Al concluir el cisma, continué con mi labor pastoral. De aquellos años fueron los primeros tramites para lograr la unión de mis Hermanas de la caridad a las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, por lo cual estas se vieron en la necesidad de trasladarse a la isla de Cuba y así, providencialmente, empezó su expansión misionera en Hispanoamérica.
El 7 de julio de 1875 recibí el anuncio de haber sido presentado para obispo auxiliar de Toledo con sede en Madrid, y ese mismo día contesté con un gran fiat a la voluntad de Dios. Finalmente el 12 de marzo de 1876 recibí la consagración episcopal de manos del cardenal de Toledo, asistido por los Obispos de Ávila y Pamplona.  Desde aquel día, añadí a mi nombre de pila, el nombre de María, como expresión de mi afecto y devoción.

Solideo del Beato Ciriaco María Sancha.
http://www.architoledo.org/centenario_sancha_blanco/exhumacion_sancha/slides/006.html

Durante este período mi labor pastoral aumento al confiárseme la animación pastoral de la vida religiosa de la arquidiócesis de Toledo, teniendo encuentros con las diferentes y numerosas comunidades religiosas. Así conocí a santa Vicenta María López y Vicuña que ponía las bases para la fundación de las religiosas de María Inmaculada con un amplio apostolado entre las sirvientas y personal de servicio doméstico.
En 1882 fui nombrado obispo de Ávila, mostrando mi mayor preocupación en los sacerdotes y las vocaciones sacerdotales, principalmente de aquellos jóvenes pobres que deseaban ser sacerdotes un día. Ellos deben ser la intención más cercana al corazón de todo  obispo, porque la primera es el deseo de estar con Jesús sacramentado.
Preconizado como obispo de Santiago de Compostela, la mano providente de Dios se manifestó de tal manera que fui nombrado obispo de Madrid – Alcalá. Confiado en María Santísima, el 8 de diciembre de 1886 entré en mi nueva diócesis. En 1892 pasé a la archidiócesis de Valencia y dos años más tarde, fui promovido a cardenal con el título de San Pedro “in Montorio” por mis perseverantes trabajos apostólicos en Cuba, Ávila, Madrid y Valencia, pero lo que la bula no decía es que mi trabajo episcopal tenía sus cimientos entre los pobres con quienes compartía fe y vida.

El 25 de febrero de 1909 el Señor me llamó a su lado, pobre, pobre, el cardenal de Valencia.
Urna - relicario del Beato, en la Capilla de San Pedro, Catedral de Toledo.
Fotografía David Garrido en www. preguntasantoral.es
Manuel Bonet Ochoa

sábado, 22 de octubre de 2016

Hno. Victorino de la Salle: Pro Ecclesia et Pontifice (II)

Termino con esta entrada con algunos datos curiosos sobre el momento en que Mons. Pérez Serantes, Arzobispo de Santiago de Cuba le colocó la condecoración pontificia Pro ecclesia et Pontifice. Son algunos artículos de periódicos de la época. 

Condecoración

Al final del banquete y despues de haber usado de la palabra el Sr Pbro Andrés Valdespino, ofreciendo el homenaje en setidas y bellas frases y la doctora Josefina Zaragoza, el Obispo Auxiliar de La Habana Monseñor Alfredo Muller impuso en medio de una cálida ovación al Hermano Victorino y en representación de Su Eminencia el Cardenal Manuel Arteaga la Cruz Pro Ecclesia Et Pontifice concedida la semana anterior por el Santo Padre.
Como no hubo tiempo de traer de Roma la condecoración referida, le fue impuesta anoche la Cruz que es propiedad del doctor Julio Morales Gómez, ex presidente de la Federación.
En emocionadas palabras el Hermano Victorino dio las gracias por el honor referido y por el homenaje que se le rendia, usando de la palabra al momento en que se redactan estas lineas, con la premura del cierre.
 (Diario de la Marina, 1953. 02. 12: 53)

Dos días después se publicó la foto que inmortalizó el momento en que el Arzobispo de Santiago de Cuba Excmo. y Rvdmo. Monseñor Enrique Pérez Serantes, en los momentos en que imponia al Reverendo Hermano Victorino, noches pasadas, la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice, durante el banquete dado en su honor con motivo de las Bodas de Plata de la Juventud Católica Cubana.  (Diario de la Marina, 1953. 02. 14: 8).

La medalla se perdió tras la salida de los Hermanos de Cuba en 1961. Probablemente nunca recuperaremos esta reliquia de aquellas calendas.
Manuel Bonet Ochoa




jueves, 20 de octubre de 2016

Hermano Victorino de la Salle: Pro ecclesia et Pontifice. (I)

Con esta entrada cierro el ciclo de las condecoraciones que recibió el Hno. Victorino de La Salle. La edición del periódico no es buena, así que por más que intente completar los datos no pude, así que publicaré lo más importante de la nota.  Hoy publico una parte de la misma. 

La Medalla Pro Ecclesia et Pontifice ("Cruz de Honor"), es una condecoración papal institucionalizada por León XIII el 17 de julio de 1888, en la celebración de sus cincuenta años de ordenación sacerdotal y es conferida como premio a la fidelidad a la Iglesia y el servicio distinguido a la Comunidad eclesial por parte de Clérigos y Laicos.

Consiste en una cruz octogonal con la flor de lis en los cuatro cantones de la misma y con la imagen de dicho Papa, rodeada Por la frase «Leo XIII PM anno X» (León XIII, Pontífice Máximo, Año Diez de Su pontificado).

En el anverso de la medalla, sobre los brazos de la Cruz, aparecen representados cometas, que, con las flores de lis, forman el escudo de armas de la Familia Pecci, a la cual pertenecía el Papa León XIII. Grabadas en el reverso estan las palabras "Pridie" (Día Primero), "Kal" (de las kalendas), "Ianuar" (de Enero) y el año "1888".

En el reverso figuran los emblemas Papales (Llaves y la tiara de San Pedro) y El lema «pro Ecclesia et Pontifice».

Desde el pontificado de León XIII hasta el de Pablo VI, la cinta de la medalla fue de color púrpura, con dos franjas en blanco-amarillo, una a la derecha y otra a la izquierda.
A partir del pontificado de Juan Pablo II los colores son sólamente amarillo y blanco.

Te Deum en De La Salle y banquete al Hno. Victorino.

Un inicio brillante y solemne como se esperaba, tuvieron ayer los actos conmemorativos de las Bodas de Plata de la Federación de la Juventud Católica Cubana, cuya primera ceremonia consistiò en un Te Deum en la Capilla del Colegio de la Salle del Vedado- cuna de la Federación – y despues de un banquete de cerca de quinientos cubiertos en honor del Reverendo Hermano Victorino, fundador de la Federación y cuyo momento culminante consistió en la entrega al querido lasallista, por el Obispo Auxiliar de La Habana, Excmo. Monseñor Alfredo Muller, de la condecoración pontificia Cruz Pro Ecclesia et Pontifice, con la cual la Santa Sede ha querido testimoniar al Hermano Victorino su reconocimiento por un cuarto de siglo de intensa actividad apostólica.


Condecoración.

El Te Deum

A las seis y quince minutos de la tarde, con la entrada en la Capilla del Nuncio de Su Santidad, Monseñor José Burzio – que lo hizo bajo palio , dio comienzo el Te Deum que congregó en la amplia y hermosa capilla lasallista a una numerosa representación federada, ocupando los sitios de honor los Excelentísimos y Reverendísimos Monseñores Enrique Pérez Serantes, Arzobispo de Santiago de Cuba; Alberto Martín Villaverde, Obispo de Matanzas; Eduardo Martínez Dalmau, Obispo de Cienfuegos y Evelio Díaz, Obispo de Pinar del Río, Reverendo Hermano Victorino, fundador de la Federación, el Provincial de los Hermanos de La Salle, M. R. Hermano Alban José; los Conciliarios Nacionales Reverendos Padres Pedro Urrutia, O. F. M.  y Julián [], O. F. M., así como los seglares señores Miguel A. Suárez Leon, presidente de la Junta Nacional de Acción Católica Cubana, doctona Martha More, presidenta de la Juventud Femenina y doctor Andrés Valdespino, presidente de la Juventud Católica.

Bello, muy bello, el aspecto del altar.

Sus blancos mármoles resaltaban sobre el rojo de los cortinajes que fueron colocados detrás del altar y cubriendo todo lo largo de las barandas laterales del piso alto de la Capilla, a cuyos lados del altar fueron colocadas gran profusión de arecas, adorno floral que se completaba con grandes ramas de gladiolos rosadas.

El Nuncio de Su Santidad Monseñor José Burzio, Arzobispo Titular de Cortina, ofició en el Te Deum, cuya parte coral estuvo a cargo de la Coral de las Juventudes de Acción Católica, bajo la dirección de Martha Fernández Morell.

Uno de los preciados [] a la obra federada, el Excelentisimo y Reverendisimo Monseñor Eduardo Martinez, Obispo de Cienfuegos, pronunció una extensa y hermosa platica antes de iniciarse el Te Deum, haciendo un examen de la gran variación habida en el mundo en los últimos veinticinco años y la adorable labor de apostolado realizado en este ultimo cuarto de siglo por la Federación de la Juventud Católica Cubana, a cuya labor se debia buena parte del auge religioso de nuestra Patria.

Tomando por base una frase del Santo Padre, que pedia una juventud iluminada, abnegada y sacrificada, Monseñor Martinez Dalmau exhortó a los federados a proseguir su obra espiritual iniciada en 1928 y a llegar hasta el sacrificio si necesario fuere.

El Obispo de Cienfuegos hizo mención al influjo beneficioso que la Juventud Católica habia representado en el auge moral de nuestra Patria.

Reverso de la condecoración.


Folleto con cantos religiosos

A todos los asistentes al Te Deum les fue obsequiando un folleto con los cantos religiosos que seran usados en el transcurso de las Bodas de Plata y que incluye la Misa de “Angelis”.  (Diario de la Marina, 1953. 02. 12: 53)

Manuel Bonet Ochoa.

jueves, 6 de octubre de 2016

Hno. Victorino: linea cronológica de su vida y obra lasallista

Hace mucho tiempo, publiqué alguna entrada sobre su infancia y adolescencia a través de una línea del tiempo o línea cronológica, que nos permite dar una vista rápida y ágil a los momentos más importantes de su vida y obra lasallista. Ahora publicó a través de ese recurso, su vida, los hechos más importantes desde 1875 a 1966.


Manuel Bonet

miércoles, 20 de abril de 2016

Las escuelas de las Siervas de María en Cuba (1900 - 1917)

Con esta segunda entrada sobre las escuelas de las Siervas de María en Cuba termino este interesante tema que es parte de la educación católica de nuestro país.

En torno a 1913 el Gobierno General de las Siervas de María tras una larga revisión de sus Constituciones, abandonaron aquellas obras apostólicas que no correspondían al carisma recibido por el Espíritu Santo a su fundadora: la asistencia de enfermos a domicilios, por lo cual abandonaron de una vez los colegios.

Santa Maria Soledad Torres Acosta
fundadora de las Siervas de María Ministras de los Enfermos


  • Colegio de la Purísima en Manzanillo.


Tras la Guerra del 95 y durante la dominación norteamericana de la Isla, se vio la necesidad pronta de abrir escuelas, cambiando los fusiles y machetes por cuadernos y lápices. El Padre Acevedo quiso dar a Manzanillo un colegio católico. Para ello pidió a las Siervas que rigiesen aquella obra que apenas empezaba a esbozarse. Un colegio católico en la ciudad contrarrestaba las numerosas escuelas laicas y protestantes que se establecieron en todo el país.

La inauguración del Colegio de la Purísima Concepción tuvo lugar en el mes de agosto de 1901. Según los Apuntes historiales el reglamento a seguir constaba de 12 artículos, y estaba fechado el 8 de agosto de 1901, así como firmado por la Superiora Sor Coralina Zabalza, siendo la  Directora del Colegio con título de Maestra Superior, Sor Mercedes Vaamonde[1].

El Colegio de La Purísima Concepción,  ubicado al lado de la iglesia y fundado en 1901 por las religiosas de las Siervas de María, bajo cuya dirección estuvo hasta 1917 y luego pasó a ser dirigido por la Srta. Caridad Soto Figueredo[2].


[1] Apuntes., pág. 687.
[2] http://librinsula.bnjm.cu/secciones/268/expedientes/268_exped_1.html

  • Colegio de Cienfuegos


Debido a la deuda contraída con el obispado de La Habana para la construcción del convento de la ciudad de Cienfuegos, y tras la grave situación económica que vivieron durante la guerra del 95, la comunidad se vio en la necesidad de abrir un colegio para poder pagar las deudas que le aquejaban. Este colegio tuvo una corta duración.


Fachada del Colegio - Asilo de San José de Cárdenas.

  • Colegio – Asilo San José de Cárdenas


Probablemente después de la salida del Colegio Llaca, las Siervas en Cárdenas aceptan la dirección del Colegio – Asilo San José, obra de la cual no tenemos muchos detalles.  Según Teresa Fernández Soneira lo describe de este modo:

En la ciudad de Cárdenas faltaba un colegio para la infancia pobre y desvalida. Poco a poco surgió uno de la nada gracias a la generosidad y esfuerzo de algunas señoras católicas. Propiamente era un internado para huérfanas o hijas de familia de instrucción deficiente o nula, que permanecían en el colegio hasta muy entrada la adolescencia, así como niños hasta la edad de diez años, en condiciones análogas.

El centro no tenía bienes fundacionales que aseguraran su subsistencia, pero los católicos de Cárdenas lo miraban con inmensa simpatía y contribuían a que  no faltara a sus niños el “pan nuestro de cada día”. [1]

El P. Angel Abad, c.m.f., en su obra “Historia de las parroquias de Cárdenas y Varadero”  explica el origen de esta obra de la siguiente manera:

El barrio de Mijala comenzó a animarse con los grupos de niños y niñas que pedían caritativo albergue en aquel palacio de la infancia colocado bajo los maternales cuidados de las Siervas de María. Pero no siendo la misión de estas monjitas los asilos sino más bien los enfermos a domicilio fueron sustituidas el 9 de abril de 1918 por las hermanas de la Caridad del Sdo. Corazón de Jesús.

Doña Eugenia Segrera de Sardiña junto a otras señoras de las Conferencias de San Vicente, en 1906 dieron inicio al Colegio – Asilo de San José.  A las Siervas de María se les pidió que regentaran dicha obra, las cuales aceptaron prontamente. Un año más tarde, abría sus puertas tal importante obre de caridad. En la portería del edificio se podía leer una tarja con la siguiente nota:

"Al entrar en este sagrado recinto bendiciréis la Divina Providencia y la imperecedera memoria de la distinguida dama cardenense Sra. Da. Eugenia Segrera de Sardiña que arrostrando trabajos y dificilísimas dificultades, con la ayuda de la Conferencia de S. Vicente de Paul, con fondos propios y muy señalados de este pueblo de Cárdenas edificó y fundó este Asilo Católico para niños huérfanos, blanco único de su caridad cristiana, bajo la dirección de las Religiosas Siervas de María. Cárdenas, 16 de enero de 1907."

Manuel Bonet


[1] Cuba. La educación católica …, pág. 333.

lunes, 18 de abril de 2016

H. Victorino: Medalla del Centenario de la Bandera cubana (1952)

Probablemente la Positio super virtubes del Hno. Victorino cuente con una ausencia, la información sobre la Medalla Conmemorativa del Primer Centenario de la Bandera de Cuba, pues Alfredo Morales la ignora en su Itinerario y fue buscando periódico por periódico que encontré la referencia a esta. 


La Medalla Oficial Conmemorativa del Primer Centenario de la Bandera de Cuba fue creada por el Decreto Presidencial número 4248, de 4 de diciembre de 1950 (Gaceta Oficial de 11 de diciembre de 1950, página 26049), disposición normativa que da carácter estatal a la ya condecoración creada por la Comisión Interamericana Organizadora del Primer Centenario de la Bandera de Cuba y de las Expediciones Libertadoras de Narciso López, por la Resolución XXVII, de 29 de julio de 1950.


Dan la medalla conmemorativa del Centenario de la Bandera cubana a personalidades católicas

La imposición se hará en una recepción el 24 de Febrero. Relación.
La medalla conmemorativa del Centenario de la Bandera Cubana, creada por decreto presidencial refrendado por el Primer Ministro y el Ministro de Estado, ha sido concedida a un grupo de personalidades católicas, según se supo ayer oficialmente.

La preciada joya, que será entregada el próximo 24 de febrero, en una recepción que con tal fin ofrecerá en el arzobispado Su Eminencia el Cardenal Manuel Arteaga Betancourt, será impuesta en presencia del coronel Cosme de la Torriente, del doctor Miguel Angel Campa, presidente de la Sociedad Colombista Panamericana y de otras destacadas figuras del Comité del Centenario.

Medalla del Centenario de la Bandera cubana. Anverso.


Los agraciados con la mencionada distinción, son los siguientes:

Su Eminencia el Cardenal Manuel Arteaga Betancourt, Cardenal Arzobispo de La Habana.

Excmo. y Rvdmo. Monseñor Eduardo Martínez Dalmau, Obispo de Cienfuegos.

Excmo. y Rvdmo. Monseñor Alberto Martín Villaverde, Obispo de Matanzas.

Excmo. y Revdmo. Monseñor Alfredo Muller. Obispos Auxiliar de La Habana, autor de la Oración en el Centenario de la Bandera.

Ilmo. Monseñor Arcadio Marinas, Vicario General de la Archidiócesis de La Habana.

Ilmo. Monseñor Dr. José Maximino Domínguez, Canciller del Arzobispado de La Habana.

Ilmo. Mns. Juan Lobato. Párroco de Montserrate.

Dr. Julio Morales Gómez, presidente de la Junta Nacional de la Acción Católica Cubana.

Dr. Gabriel Angel Amenabar y  Cabello, director de Relaciones Exteriores de la Junta Nacional de Acción Católica.

R. P. Juan McKniff O. S. A. párroco del Santo Cristo.

R. P. Fray Ireneo de Santa Teresa, párroco del Carmen.

R. P. Manuel Foyaca de la Concha S. J., profesor del Colegio de Belén.

R. P. Antonio M. Entralgo Sch. P. Consiliario del Consejo Diocesano de La Habana de los Caballeros Católicos de Cuba.

R. P. Dr. Eduardo Boza Masvidal, Párroco de La Caridad.

Dr. José Montó Sotolongo, vicepresidente de la Asociación de Caballeros Católicos de Cuba..

R. P. Modesto Galofré, Sch. P. Rector de los Escolapios de Guanabacoa.

R. H. Victorino D. L. S. fundador de la Juventud Católica Cubana.

R. Madre Sor María de los Ángeles Antiga, directora de las Dominicas Francesas.

R. P. Calixto García Reyneri.

R. P. Armando Arencibia.

Sr. Juan Emilio Frigusl Ferrer, cronista carólico del DIARIO DE LA MARINA y señorita Angela Domingo.

Además, a la Junta Nacional de la Acción Católica se le ha concedido la medalla de plata, destinada a instituciones.
Medalla Conmemorativa del Centenario de la Bandera cubana. Reverso


La medalla correspondiente a Su Eminencia el Cardenal Manuel Artega, le será impuesta en Palacio el día 14 de abril, Día de las Américas, conjuntamente que al honorable Presidente de la República.

Diario de la Marina, 1952 - 02 - 02: 8

Manuel Bonet